domingo, 29 de mayo de 2011

E-BOOK: ¿alternativa verde?


¿Asistimos al final de la era Gutenberg? En los vagones del metro cada vez
más personas leen a Dostoievski o a Stieg Larsson en libros electrónicos
(e-books), en sus Kindle, iPad u otras tabletas electrónicas similares. El
sector editorial vive una profunda transformación y es claro el cambio
hacia un modelo digital de lectura. O al menos hacia la convivencia del
libro de papel, la pantalla y la tinta electrónica.

Los simpatizantes de la lectura digital argumentan que el coste del e-book es inferior porque se eliminan intermediarios  como los distribuidores y los libreros; destacan, entre otras virtudes, la ligereza y portabilidad de tantas y tantas obras como uno quiera comprarse.
Pero, sobre todo, hay quienes buscan la transición por motivos medioambientales.
Este grupo sostiene que el incremento de la demanda del libro electrónico proporcionará un alivio a la tala de bosques, que los Kindle y iPad son la alternativa ecológica al consumo de papel. Pero… ¿es realmente así?
El sector editorial español todavía consume productos papeleros procedentes de países con problemas de tala ilegal y deforestación, y de empresas implicadas en estos problemas, como es el caso de las importaciones de productos de Asia Pulp and Paper. También la expansión y gestión de las plantaciones de eucalipto destinadas a la fabricación de papel en España siguen siendo motivo de conflicto y son numerosos los casos de agresiones a los recursos naturales durante el proceso de producción de esta madera. Para fabricar papel aún se sigue agrediendo al planeta. Está claro que las editoriales han de incorporar con urgencia los criterios ecológicos en sus libros y políticas de compra de papel responsable con el medio ambiente para eliminar los productos papeleros procedentes de escenarios de destrucción y
conflicto social.
Pero la obra digital posee también graves inconvenientes ecológicos.
LA CLAVE ESTÁ EN EL USO

Como sostienen los expertos, dependerá del uso que se le dé al soporte electrónico lo que lo hará más o menos ecológico que el ejemplar de papel.
El impacto medioambiental tiene que ver con la extracción de la materia prima, la contaminación producida durante la fase de producción y los efectos causados como residuo. Pero también con las emisiones de CO2. Según un estudio del Royal Institute of Technology de Suecia, para que compense la fabricación de un e-reader hay que leer en pantalla un mínimo de 33 obras digitalizadas de unas 360 páginas.
Así, que una opción genere más o menos dióxido de carbono que otra variará en función de las ganas de lectura del usuario.
Otro estudio, esta vez de 2009 y de la compañía norteamericana Cleantech Group, indica que una persona que lea varios libros al mes habrá compensado las emisiones de fabricación de un Kindle de Amazon en un año. A partir de entonces –continúa la investigación– tendría mucha importancia la duración del Kindle (por cada año de más que se utilice se habrán dejado de lanzar a la atmósfera unos 168 kg de CO2).
“La opción electrónica parece ventajosa ambientalmente para un lector voraz o un profesional que tenga que manejar numerosas publicaciones”, sostiene el periodista Clemente Álvarez en su artículo “La electrónica frente al papel”.
El Grupo de Ecoedición de Barcelona explica que “en el momento de la compra del aparato electrónico se ha producido la mitad del total de sus emisiones, si se acepta lo que dice la industria.
Claro que un libro abandonado en un contenedor de basura genera emisiones de metano, gas de efecto invernadero”.
Ante el actual debate, hay algo en lo que todo el mundo está de acuerdo:
tanto el papel como el e-book tienen su huella ecológica; ésta será mayor o menor dependiendo de su uso. No existe una decisión sencilla pero sí hay una petición ambiental básica, que ambos formatos incorporen de inmediato criterios ecológicos y sociales durante el proceso de fabricación y, muy importante, al final de su vida útil.

Texto: Esther MonteroPublicado en Revista GREEN 1-11. Greenpeace España

sábado, 28 de mayo de 2011

Una de zombies


Se dice acertadamente que la realidad supera muchas veces a la ficción. Lo cierto es que la naturaleza nos ofrece monstruos que superan a los de las películas de Hollywood e historias tan impresionantes como las de las mejores novelas.
De esto se trata: parásitos que se adueñan de la mente de otros seres vivos, dominándolos como a zombies  con el fin de perpetuar sus genes incluso a costa  de la vida de los cuerpos que ocupan.
El primero de estos inquietantes parásitos es un hongo de la familia de los Cordyceps que esparce sus esporas entre las hojas caídas  del bosque. En su deambular las hormigas se impregnan de esas esporas que penetran en su cutícula, produciéndoles cambios evidentes a los pocos días.
El hongo domina el cerebro de la hormiga, haciéndola abandonar el hormiguero, trepar por una rama hasta lo más alto, donde sople el viento, y enganchándose con su poderosa mandíbula. Una vez afianzada, de la cabeza de la hormiga emerge el hongo que va creciendo hasta superar el tamaño de la propia hormiga. Desde esa altura el hongo lanzará sus esporas, que caerán entre las hojas a la espera de otras hormigas.
El grillo de bosque también es utilizado como un zombie. Al beber agua  puede entrar en su organismo la larva de un insecto perteneciente a la familia de los Nematomorpha que se reproduce durante el verano en el agua. Esta larva vive dentro del grillo el tiempo necesario y dirige sus pasos hasta encontrar agua abundante donde le obligará a lanzarse. El grillo muere ahogado y de su interior sale la larva, ya feliz en su medio.
De manera parecida, aunque más sofisticada, actúa un gusano del género Leucochloridium, que una vez dentro de un caracol lo enloquece hasta hacerlo ascender a lugares altos y despejados, donde es fácil presa para los pájaros. Para facilitar la labor del depredador, el gusano asoma por los ojos del caracol como si fuera una  de sus antenas, mostrando atrayentes colores que llevarán al pájaro a comerse al caracol. De esta manera el gusano podrá depositar sus huevos en el interior del ave y cuando ésta lance sus excrementos comenzará de nuevo el ciclo.
Si esto nos sorprenden, más elaborado aún es el caso del Dicrocoelium dendriticum, que necesita más de un huesped para desarrollarse. Los huevos depositados en el suelo son ingeridos por un caracol. Dentro del caracol eclosionan y viven en su interior durante cuatro meses. Salen del caracol en su moco, alimento muy apreciado por las hormigas, que serán su próxima víctima. El siguiente paso del proceso es similar al  del hongo del principio del artículo: dominará el cerebro de la hormiga que se enganchará al envés de una hoja. Esa hoja será devorada por una oveja, tercer huesped de este parásito. Allí, alimentándose de su bilis se desarrollará plenamente y pondrá sus huevos, que las heces de las ovejas volverán a depositar en el suelo a la espera del próximo caracol.
El mundo de los parásitos que convierten en zombies a los animales que ocupan es muy amplio. Por ejemplo, cada una de las especies de hongos Cordyceps está especializada en “colonizar” un insecto determinado o, incluso, parasitar otros hongos. Más aún, el mundo de los parásitos en general, con comportamientos increíblemente retorcidos para subsistir aprovechándose de los demás podría llenar una biblioteca de literatura fantástica, aunque esa literatura, verdaderamente, sería real como la vida misma.

Autor: Julian Green


Fuentes consultadas: Ciencia al cubo de Radio5; suite101.net (biología); www.ungeologoenapuros.com; Revista Danica; La Flecha, diario de ciencia y tecnología, etc.

viernes, 27 de mayo de 2011

La realidad aumentada y el medio ambiente


La Realidad Aumentada (“AR”) está arrasando en Internet y cada vez con más fuerza. Esto se debe a que la realidad aumentada ofrece infinidad de nuevas posibilidades de interacción en muchos y variados ámbitos, como la arquitectura, la publicidad, el entretenimiento, el arte, la medicina, la educación, las comunidades virtuales y el medio ambiente.
El objetivo de la presente artículo es poner de manifiesto las diversas aplicaciones que tiene y que puede tener la Realidad Aumentada en relación al Medio Ambiente en sus diversos aspectos: educativos, publicitarios, de investigación, de divulgación, de entretenimiento, etc.

www.nhm.ac.uk/nature-online/life/humanorigins/lucy/.
b) Publicidad y Medio Ambiente
Es tal vez en este campo donde la Realidad Aumentada ha tenido mayor incidencia, ya que casi todas las revistas, periódicos están incluyendo este tipo de publicidad. Un ejemplo relacionado con el medio ambiente lo podemos ver en la campaña en realidad aumentada realizada por WWF de Rusia, para proteger los tigres (
http://www.youtube.com/watchv=KSkX87BiV3M).
Otro ejemplo lo tenemos con la empresa General Electric que presentó el “Smart Grid”, un sitio muy dinámico donde se explica brevemente los beneficios para los usuarios y el medio ambiente de esta aplicación (
http://ge.ecomagination.com/smartgrid/).
En ella podemos destacar la realidad aumentada de una central eólica y de una instalación de paneles solares muy bien logradas, donde incluso podemos soplar al micrófono del ordenador y ver como los molinos eólicos comienza a girar y oír el sonido del viento. (Interesante el vídeo de esta página, visto en dos semanas por más un millón de personas
http://advertising360.blogspot .com/2009/03/red- inteligente-de-general-electric.html).
c) Investigación y Medio Ambiente
El investigador White Sean y otros están experimentando con realidad aumentada y el medio ambiente. El cambio climático y otros desafíos para el medio ambiente son “problemas de movimiento lento”, como los describe White, así que hacen falta herramientas de visualización completas para ayudar a los científicos a interpretarlos.
Entre las posibles aplicaciones a la investigación del medio ambiente, desarrollo sostenible y conservación podemos destacar: la identificación de especies de plantas, la visualización de los niveles de dióxido de carbono para la planificación urbana o la localización óptima de turbinas eólicas. Para más información la web:
http://www.readwriteweb.es/analisis/realidad-aumentada-puede-salvar-planeta/

miércoles, 25 de mayo de 2011

Árboles de los parques y jardines de Manzanares: El Acebo


Nombre científico: Ilex aquifolium LINNEO
Nombre común: Acebo.
Descripción

Árbol perennifolio de pequeño tamaño, de unos 4 a 5 m de altura, aunque puede alcanzar hasta los 10 m de altura. Su tronco es recto y su corteza lisa, verdosa al principio y posteriormente grisácea.
Las hojas son simples, enteras, coriáceas, lampiñas, alternas, de forma ovalada y con el borde entero ondulado y algo espinoso. Presenta un corto pecíolo y son de color verde oscuro por el haz y algo más claro por su envés. En los árboles más añosos las hojas tienden a ser planas y a perder sus espinas.
Las flores son unisexuales, pequeñas, de color blanco rosado y dispuestas en ramilletes en las axilas de las hojas o solitarias. Es frecuente que se atrofien o desaparezcan las flores de un sexo, de tal forma que se comportan
como plantas monoicas.
El fruto es una drupa globosa, del tamaño de un guisante, de color rojo o amarillo brillante, en su interior presenta de 3 a 5 huesecillos triangulares.
Floración y fructificación

Florece desde abril a junio y sus frutos los madura en octubre y se mantienen hasta bien entrado el invierno.
Hábitat y distribución

Es un árbol adaptado a los suelos ricos, frescos, ligeros y silíceos. Vive a la sombra de otros árboles tales como las hayas y los robles. Soporta bien la poda y tolera relativamente bien la contaminación atmosférica.
Su área de distribución es casi toda Europa, norte de África, Asia menor, llegando hasta la China y la India.
En España se encuentra principalmente en la región mediterránea, siendo más abundante en la zona norte que en la zona sur.
Usos y curiosidades

El acebo como planta ornamental se utiliza mucho, ya que forma buenos setos y soporta bien las podas. Además, las ramas con sus frutos rojos son muy llamativas y de gran belleza.
La madera del acebo es dura, compacta, homogénea, resistentes, de color blanco grisáceo y muy pesada, de tal forma que no flota en el agua. La madera del acebo, además tiene la peculiaridad de que se impregna muy bien con colorantes, de tal forma que puede imitar a la madera del ébano cuando la coloreamos con tintes de color negro. Por todas estas características, la madera del acebo es muy apreciada en ebanistería y tornería y con ella se fabrica gran número de objetos, como son las ventanas del Palacio Real de Madrid.
En medicina popular, con sus hojas se preparan infusiones que tienen propiedades diuréticas, expectorantes, febrífugas, laxantes y antiespasmódicas, debido a los alcaloides que contienen. Los frutos son eméticos, vomitivos y purgantes, en dosis altas tóxicos para el hombre.
Con la corteza del acebo se elabora una liga o goma pegajosas, utilizada para cazar pájaros. La corteza contiene ilicina, una sustancia que posee propiedades similares a la de la quinina.
Uno de los usos tradicionales del acebo que se remonta a los tiempos del reinado de Enrique VI de Inglaterra, es la utilización de las ramas del acebo con sus frutos para adornar puertas y jarrones en Navidad, ya que se consideran un signo de buen augurio. Pero, lo cierto es que está costumbre ha
hecho que el acebo actualmente se encuentre amenazada en sus zonas naturales. Además, la desaparición de este árbol supone un gran problema para todos aquellos animales que en el invierno, cuando la comida escasea, se alimentan de sus frutos. Actualmente se encuentra protegido por la ley en la mayoría de las Comunidades Autónomas donde se encuentra de forma natural, como es en el caso de Castilla-La Mancha.
El nombre genérico “Ilex” era como los romanos denominaban  a la encina y se empleó para el acebo, debido al parecido de sus hojas con las de la encina. Su
nombre específico “aquifolium” alude también a su hoja y significa hoja que pincha.
El acebo es un árbol de crecimiento lento y sostenido que puede vivir alrededor de un siglo.
Localización en Manzanares

Se encuentra en el Parque del Polígono y en los jardines de la estación de autobuses.

Autor texto: José Luis Olmo Rísquez.
Fotografías: José Antonio Pérez Santiago y Bernando López-Camacho Condés.

martes, 24 de mayo de 2011

El árbol de la discordia











Desde el comienzo de la expansión de las primeras plantaciones en la península Ibérica en los años sesenta, el eucalipto ha sido motivo de controversia. Existen pocos árboles sobre los que se haya escrito tanto y que hayan sido objeto de tantos estudios, la mayoría de los cuales terminan con la misma conclusión: el árbol no es culpable, sino la gestión que se hace de él.
En España existen cerca de 760.000 hectáreas de eucalipto, tanto en masas puras como en otras mixtas.
La especie más común es el eucalipto blanco (Eucalyptus globulus) aunque en los últimos años se ha experimentado con otras variedades que se adapten mejor al clima en el que se encuentran. Llegó a la Península procedente de Australia hace más de un siglo, pero no se extendió en masas importantes hasta los años 60, principalmente en la cornisa Cantábrica y en Huelva, donde las condiciones eran más beneficiosas para un árbol acostumbrado a un clima completamente diferente.

El cerebro, ese gran desconocido


(Ve este vídeo antes de comenzar a leer y anota cuántas veces se pasan el balón)

Pese al título, no voy a hablar en este artículo de todas las cosas que ignoramos sobre nuestro cerebro, sino de algunos datos bastante interesantes acerca de éste órgano que son poco conocidos y que no pueden dejar de sorprendernos.
El primer dato es que cuando percibimos un hecho no está sucediendo sino que ya ha ocurrido. (Algo parecido a lo que ocurre con el sonido del trueno, cuando llega a nuestros oídos el choque entre nubes ya se ha producido).