Entrevistas

Nuestro futuro robado (publicado en el número 22 Otoño 2014)
Es difícil leer el libro Nuestro futuro robado, publicado en España a finales de los noventa por la Asociación Vida Sana junto a otras organizaciones, cerrarlo y pasar a pensar en otras cosas. Las evidencias que muestra sobre la amenaza del sinfín de sustancias químicas sintéticas que hemos producido y esparcido por todo el planeta y la magnitud de las consecuencias de éstas sobre nuestra salud y la del resto de especies que lo pueblan plantea demasiadas preguntas que entonces no tenían una clara respuesta.
Muchos años después, queremos saber cuántas de estas amenazas se han convertido en realidad, cuántas otras evidencias han surgido y de cuánto ha servido la voz de alarma surgida en aquel libro y en su posterior difusión.
Para ello nos hemos dirigido a la Asociación Vida Sana y hemos conversado con Pedro Burruezo, director de The Ecologist sobre todas estas cuestiones.

Podemos calificar Nuestro futuro robado como un libro inquietante, casi de terror. Sin duda sobrecoge a un profano en estas cuestiones saber que este tipo de sustancias están en cualquier rincón del planeta por recóndito que sea y en el cuerpo de cualquier animal, incluidos los seres humanos, por muy aislado que se encuentre. Más aún cuando sus efectos se pueden manifestar en individuos sanos, al cabo de mucho tiempo y de manera irreversible… ¿Tenemos conciencia de todo esto cuando usamos un insecticida, un herbicida o simplemente cuando hacemos la compra?
La mayoría de la población no tiene ninguna información al respecto y me temo que le importa muy poco, pues hay otros temas que centran su interés: resultados deportivos, el pago de la hipoteca, las aventuras de Paquirrín… No saben, y no quieren saber, que la información de ese y otros libros les concierne muy directamente. Allá ellos. Sí hay, de todos modos, minorías cada vez más amplias que quieren saber, que quieren informarse, personas que no están dispuestas a tragar con todo. Porque empresarios y multinacionales que están corrompiendo el planeta actúan de forma impune, al menos hasta ahora. Es una vergüenza para la Humanidad lo que está pasando. Las generaciones del futuro escupirán sobre nosotros. La contaminación de productos químicos tendrá efectos en muchas generaciones posteriores y también en la biodiversidad.
Fue en las primeras décadas posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial cuando se comenzaron a producir sustancias químicas sintéticas de manera masiva y descontrolada, ¿En qué situación estamos en estos momentos en cuanto a producción y control de lo que se produce?
Por un lado, parece que hay más control y se han activado diversos protocolos en los países del Norte para controlar el asunto. Esto es lo que parece. Pero la verdad es que la contaminación química está presente y lo seguirá estando, de forma muy destructiva para la salud humana y la fauna, si no hay una voluntad firme política de acabar con la impunidad de empresas y estados. Se siguen utilizando productos masivos de gran peligrosidad y surgen otros nuevos sin que nadie ponga ningún veto. El tema es algo parecido a lo que ocurre con la energía nuclear. Hasta hace poco, la industria seguía diciendo que la energía nuclear era la más segura. Y llegó Fukushima. Pero aquí no pasa nada. Todo el mundo sigue con lo suyo porque están en juego millones y millones de dólares y también mucho más que eso. No se lleva a cabo el Principio de Precaución. Cuando un producto químico aparece en el mercado, son los consumidores los que tendrán que demostrar si es nocivo. Esto es una barbaridad… Somos una especie de estúpidos.

El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes acordó en 2004 la eliminación de nueve de estos compuestos y la restricción de otro más; España ratificó ese mismo año el Convenio, ¿se tiene constancia de algún tipo de incumplimiento en nuestro país de lo suscrito en ese Convenio?
No puedo contestar con certeza absoluta a esta pregunta. Pero yo diría que lo más peligroso no es lo que está en los papeles sino lo que no está. Es decir, que, ahora mismo, estamos sometidos todos a productos “legales” que están en nuestros alimentos, perfumes, jabones, dentífricos, plásticos… y nadie ha demostrado que sean ni inocuos ni seguros. Las consecuencias de estar sometidos a ellos se van viendo poco a poco, mientras la industria juega a despistar. Estamos expuestos a miles de productos en pequeñas dosis que, combinadas entre sí, son explosivas y causan todo tipo de patologías. Enfermedades que antes casi no existían son ahora “normales”. Aumentan las patologías extrañas. El cáncer está por todas partes y son cada vez menores los individuos que lo padecen. Son cada vez más las personas que tienen serios problemas para concebir. Yo invitaría a la población a que leyera, por ejemplo, los artículos de Carlos de Prada, los informes de Nicolás Olea… Parecen ciencia-ficción. Pero son realidad. Mientras, la población sigue pensando en el sueño lisérgico americano. Pan y circo. Mientras estamos destrozando el planeta… y a nuestra propia especie.

En el momento en que se publicó en nuestro país Nuestro futuro robado era difícil encontrar botellas de agua que no estuvieran fabricadas con PVC, material que se utilizaba también, por ejemplo, en mordedores para niños; aún no era del dominio público los riesgos del bisfenol A, presente en muchos tipos de envases… Este tipo de productos fabricados con estos materiales han desaparecido en gran medida, ¿qué otros avances en este sentido se han dado en nuestro país desde que comenzó este siglo?
No quiero alarmar a nadie, porque se supone que esta entrevista la va a leer gente adulta y consciente. Lo cierto es que, según mis últimas informaciones, materiales muy peligrosos se están utilizando en la actualidad y están por todas partes. Además, una vez que entran en la cadena trófica… la cosa se complica muchísimo. Nuevas investigaciones independientes muestran la toxicidad de otros plásticos y productos que hasta ahora creíamos inocuos, como muchos materiales presuntamente inertes que se utilizan, por ejemplo, en los hospitales. Y está a la orden del día qué está pasando con las poblaciones de abejas y de aves debido al uso de pesticidas en la actividad agraria. Por otro lado, la esterilidad en la población humana será cada vez más un problema muy acuciante. ¿Es que la contaminación química se les ha ido de las manos o hay una dirección oscura detrás de todo esto con planes eugenésicos? Un estudio sobre contaminación química, fármacos y otros contaminantes, alrededor de la depuradora de Guernica, demuestra que los crustáceos han tenido cambios en su sexualidad, hasta el punto de que ya apenas quedan machos en esa zona. El asunto es gravísimo. Cada día hay estudios que demuestran nuevos problemas surgidos en torno a la contaminación y sus consecuencias, pero nadie hace nada serio en contra porque los lobbies de las grandes empresas son los que de verdad gobiernan en todas partes.
Investigar los efectos de este tipo de compuestos es realmente difícil: se necesitan estudios a lo largo plazo, analizar cada sustancia o la combinación de unas con otras, su impacto en el medio natural, en los seres vivos… se necesita tiempo y dinero cuando muchas veces estas investigaciones resultan inconvenientes para empresas, instituciones… ¿se ha avanzado en la investigación y en la información de los resultados de ésta desde la publicación de Nuestro futuro robado? ¿Cuántas de las sospechas de entonces son hoy certezas y qué nuevas preguntas se han sumado a las planteadas en aquel libro?
Por un lado, son estudios muy complejos, tienen que pasar años. Pero ese no es el mayor problema. La verdadera cuestión a tratar es a quién sirve hoy la ciencia. ¿A la Humanidad? ¿O a empresas y estados? Lo difícil no es que se hagan estudios, sino que esos estudios sean realmente independientes. Y al servicio de quién están los estados. ¿De la ciudadanía? No me haga usted reír. ¿Y quién financia buena parte de las universidades? Cada vez más, entes privados, con intereses muy concretos. Nos dicen que la ciencia es neutral, pero no lo es. Pero, bueno, a pesar de todo, hay investigadores independientes que saben hacer las cosas bien. Por ejemplo, en España, Nicolás Olea Serrano, toda una referencia mundial en temas de contaminación química desde Granada. O Miquel Porta, del IMIM, en Barcelona. La práctica totalidad de las sospechas se han cumplido y surgen nuevos interrogantes. Yo insisto. ¿Todo esto ha sido un problema al azar causado por una contaminación que se ha ido de las manos y que nadie sabe cómo parar o hay intereses oscuros eugenésicos para esterilizar a la población?

Para terminar podemos pensar que es fácil caer en la resignación ante los daños que nos puedan producir el sinfín de compuestos que ocupan nuestro cuerpo y que nos rodean en un mundo que cada vez consume más plásticos, más sustancias químicas. Más aún, no son pocos los que dicen que ese es el precio por disponer de una serie de comodidades y ventajas nunca antes disfrutadas por la Humanidad… Puesto que el daño, mayor o menor, está causado por nosotros mismos, ¿estamos a tiempo de parar y revertir la situación?
La respuesta pertenece al ámbito espiritual. En mi opinión, aunque gran parte del daño ya está hecho, es una obligación moral para cualquiera llevar una vida que esté en las antípodas de lo que es la “sinrazón química”: alimentación ecológica, salud natural, cosmética orgánica certificada… Los químicos representan un peligro casi invisible que causa estragos en la fauna y en la población. La pandemia de obesidad que vive el planeta también tiene que ver con eso. Igual que las altas tasas de cáncer, de asmas, alergias, problemas del sistema inmunitario, esterilidad masculina y femenina, todo tipo de disrupciones hormonales… ¿De qué lado prefiere usted estar? ¿Del lado de la destrucción o del lado de la regeneración? Hay alternativas a la destrucción química. Sólo se trata de ponerse en acción.




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Corrupción y medio ambiente (publicado en el número 21 Verano 2014)

Greenpeace ha publicado recientemente el informe Amazonía, una crisis silenciosa donde se detalla la manera en que la corrupción está relacionada con la deforestación de estas selvas. Hemos hablado con el responsable de la campaña de Bosques de esta organización, Miguel Ángel Soto, sobre las talas ilegales en la Amazonía y el grado de corrupción en España en relación a los recursos naturales.


-Vistos los datos sobre tala ilegal que Greenpeace publica en su informe Amazonía, una crisis silenciosa, ¿se puede afirmar que la tala en la selva amazónica está fuera de control y que no son fiables los datos que se conocen?
El sector forestal en Brasil debe ser urgentemente reformado debido a que el sistema diseñado para controlar la tala, transporte y procesamiento de madera está siendo objeto de falsificaciones documentales y fraudes, sirviendo en la práctica para blanquear madera procedente de talas ilegales. Las investigaciones llevadas a cabo durante 2013 han encontrado, en 5 casos de estudio, que se está sobreestimando el número de árboles de alto valor económico en las concesiones forestales (como el Ipé), la falsificación de todo tipo de documentación en la cadena de custodia, la solicitud de permisos de explotación forestal en áreas ya deforestadas, etc., todo con el fin de vender la madera de origen desconocido con documentos oficiales.
Efectivamente, la explotación forestal en la Amazonia está fuera de control. Este es, precisamente, nuestro mensaje.

-Siendo de por sí preocupantes los datos sobre las talas legales en la Amazonía y la deforestación que produce, ¿en qué empeora una tala ilegal a la que se hace de forma legal? ¿Se reducirían los niveles de deforestación si se atajara la tala ilegal o se compensarían con más tala legal?
La explotación forestal, mayormente ilegal, está destruyendo la Amazonía, una región tropical donde la deforestación ha vuelto a repuntar en 2013 tras años de buenos resultados. Se han producido incrementos del 28% en comparación con el año pasado. (Se talaron 5.843vkm2 entre agosto 2012 y julio 2013).
Según los índices del IPE (Instituto de Pesquisa e Engenharia da Amazônia) hay un incremento altísimo de la degradación forestal. Es menos visible y fotogénica que la deforestación, es más “silenciosa” y está causada por la excesiva tala de árboles. Entre 2007 y 2010 se ha degradado una superficie de 64.206 Km2.
Un ejemplo de mala gestión forestal en la selva es la extracción de unas pocas especies, las más valiosas, como el Ipé. En la Amazonía brasileña el Ipé se encuentra en densidades bajas. En los inventarios se ha encontrado una densidad de 0,11 - 0,32 árboles por hectárea, 1,1 - 3,2 árboles por cada 10 hectáreas (adultos con un diámetro superior a 30 cm en la edad reproductiva). La extracción de uno solo de estos grandes árboles hace necesaria la construcción de caminos y vías de saca en la selva, los mismos caminos que utilizaran los colonos una vez eliminado el valor económico de la madera.
Y esta explotación forestal provoca una degradación forestal, que no es detectable ni medible vía satélite, pero es la antesala de la deforestación. Y el uso del fuego, queimadas, es la forma que utilizan los colonos para clarear la selva secundaria para abrir el terreno a la expansión de la frontera agrícola, cultivos de soja y ranchos de ganado principalmente.
En Brasil, tras la reforma del Código Forestal en 2012 se ha producido un repunte de la deforestación, rompiendo una tendencia de decrecimiento desde 2004. La deforestación vuelve a ser un problema.

-La corrupción que afecta al medio ambiente y los recursos naturales no es patrimonio de otros países y España es buen ejemplo de ello. Su organización ha investigado los intereses privados que podría haber tras la reforma de la Ley de Costas, e incluso denunciado algún intento encubierto de soborno, ¿cuál podría ser el nivel de corrupción en España respecto a los temas relacionados con el medio ambiente y de qué manera lo han deteriorado estas prácticas?
No existe un estudio comparado de la corrupción en España en temas generales de medioambiente con respecto de otros países. La ONG Transparencia Internacional (http://www.transparencia.org.es/) tiene análisis comparados sobre el nivel de corrupción o temas específicos, como el agua.
En los últimos años Greenpeace ha documentado la prevalencia de los intereses particulares sobre el bien común, y los vínculos de estos intereses con las “familias políticas” de nuestro sistema de partidos, en la tramitación de la Ley de Costas o en el monopolio del sector eléctrico. Es evidente que los numerosos casos de corrupción urbanística, la falta de sentencias condenatorias (impunidad) en graves casos de desastre ambiental (Prestige, Boliden, Fertiberia, …) o la falta de ejecución de sentencias (Hotel El Algarrobico) muestran un panorama donde la clase política está fuertemente infiltrada por intereses económicos. Más allá de estudios numéricos, la percepción de la ciudadanía es que la corrupación de la clase política en España es un problema grave.
Y en este contexto de corrupción, la protección y la defensa del medioambiente está saliendo muy mal parado.

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Las razones de Survival      (publicado en el número 20 Invierno 2014)


Para conocer las razones de las duras críticas de Survival International al libro de Jared Diamond El Mundo hasta ayer hemos conversado con Laura de Luis, responsable de comunicación de la ONG en España


Survival ha criticado duramente dos de las afirmaciones que Jared Diamond hace en su libro El mundo hasta ayer. La primera de ellas hace referencia directa al subtitulo de este libro: ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales?, puesto que el autor trata de, indagando en sociedades primitivas actuales y partiendo de que su forma de vida es la misma que hace miles de años, aplicar los hábitos y costumbres de estas tribus que puedan solucionar  problemas actuales de nuestra sociedad. ¿El porqué de esta crítica ante una propuesta a priori tan interesante?

En primer lugar, quisiera aclarar que, en contra de lo que se formula en la pregunta, no existen sociedades primitivas en la actualidad y, ni mucho menos puede partirse de la base de que los pueblos indígenas viven igual que como vivían los seres humanos hace miles de años. Todas las sociedades que habitan actualmente el planeta son igualmente modernas y todas han evolucionado, cada una a su manera.
Por desgracia este tópico y prejuicio, que a menudo se emplea de forma inconsciente sigue estando muy generalizado como consecuencia de nuestra herencia colonial y sigue causando un daño incalculable a las comunidades indígenas de todo el mundo, que además se sienten profundamente ofendidas cuando se las cataloga como “primitivas”, “salvajes” o “atrasadas” (1). Los pueblos indígenas y tribales son personas del siglo XXI, sociedades modernas que han evolucionado de un modo diferente, pero que ni mucho menos viven como lo hacían las sociedades primitivas hace miles de años. Numerosos científicos, Survival International y los propios pueblos indígenas llevan años tratando de acabar con estos tópicos, que además de falsos, siguen estando vigentes y son utilizados por quienes justifican el expolio de los pueblos indígenas. Invitamos a los lectores a conocer nuestra campaña Plántale cara al racismo (2) para más información sobre el daño que causa a los pueblos indígenas el uso de esta terminología racista. 
Con respecto a la propuesta de Diamond, aparentemente el título iría en consonancia con lo que defendemos en Survival International: es mucho lo que podemos aprender de los pueblos indígenas. Sin embargo, bajo este título aparentemente inofensivo el autor transmite en el contenido del libro que las sociedades tribales son mucho más violentas que las industrializadas, lo que es una auténtica falacia, tal y como el director de Survival International desmonta en su artículo El peligroso mensaje de Diamond (3).

En cualquier caso, desde la experiencia de su organización, ¿es posible aplicar costumbres y modos de vida de las denominadas sociedades primitivas actuales con un efecto positivo en nuestra sociedad?

Nuevamente, las sociedades primitivas dejaron de estar presentes en el planeta hace miles de años. La idea de que los pueblos indígenas de la actualidad viven como los ancestros de la humanidad ha sido rebatida por muchos científicos. 
En el caso de los pueblos indígenas y tribales actuales y modernos podemos aprender mucho de ellos: la biodiversidad cultural siempre es enriquecedora. Las personas indígenas que mantienen su modo de vida tienen mucho conocimiento que aportar, por ejemplo en el campo médico, como muchas farmacéuticas actualmente saben y explotan, o en el de la protección del medio ambiente para evitar el cambio climático (4). Todas las sociedades, a nuestro entender, tenemos mucho que aportar y compartir.

La segunda afirmación del libro que ustedes critican es la de que, según el autor, basándose en observaciones científicas, historias orales y arqueología, las llamadas sociedades primitivas tendrían un grado superior de violencia a la nuestra y el contacto con los europeos les habría servido para ser más pacíficos,¿hasta qué punto esta afirmación es errónea y cómo refutan las fuentes en las que se basa el autor? 

Esta afirmación de Diamond que presenta a los pueblos indígenas y tribales como sociedades considerablemente más violentas que las industrializadas es falsa y guarda una semejanza peligrosa con las ideas coloniales sobre la “pacificación de los salvajes”. 
Es más, en contra de lo que sugiere Diamond, la imposición de los Estados hasta la fecha, y en la mayor parte de los casos, solo les ha traído marginación, miseria, enfermedad y muerte (5)
En Survival International no defendemos la idea de que las sociedades tribales son pacíficas, ni mucho menos: pero la idea de que su grado de violencia es mayor que el que registra la sociedad industrializada no se sostiene, y así lo rebate el director de Survival International, Stephen Corry, analizando muchas de las afirmaciones que Jared Diamond formula en su obra (6)
Como dice Corry: "Diamond une su voz a un sector muy influyente de académicos estadounidenses que, inocentemente o no, está tratando de recuperar caricaturas de los pueblos indígenas pasadas de moda. Estos eruditos y doctos académicos aseguran tener pruebas científicas  para  sus  dañinas  teorías  y  posiciones  políticas  (al igual  que antaño las tuvieron los defensores de la eugenesia). En mi más humilde opinión y experiencia esto no solo es  equivocado,  tanto  desde  el  punto  de  vista  de los hechos como moralmente,  sino también extremadamente peligroso. La principal, causa de la destrucción de los pueblos indígenas es la imposición de los Estados-nación. Lejos de salvarlos, los destruye". 

Ustedes han insistido en lo peligroso de esta afirmación al poder provocar que retrocedan los avances obtenidos en los derechos de los indígenas,¿existen situaciones en que la supuesta violencia de los indígenas haya servido de excusa para dominarlos y en qué casos actualmente podría ser peligrosa la afirmación que hace Jared Diamond?

Es un discurso recurrente presentar a los pueblos indígenas como personas violentas, salvajes y primitivas, que necesitan de la imposición de nuestro “desarrollo” y “progreso” para “avanzar”. 
Bajo estos argumentos erróneos y racistas, se viene cometiendo desde hace siglos el expolio de los pueblos indígenas y tribales: casi siempre, el “desarrollo” impuesto y forzoso sobre estas sociedades tiene como fondo la explotación de los recursos de sus territorios y como consecuencia la destrucción y aniquilación de estas comunidades, que si consiguen sobrevivir, quedan abocadas a una vida repleta de miserias. 
Por hablar de casos concretos, los guaraníes (7) de Brasil, el pueblo indígena más numeroso del país, ha sido despojado de sus tierras ancestrales y registra una de las tasas de violencia más elevadas de todo el mundo.
La mayoría de los hallazgos de las investigaciones de Diamond provienen de su época en Nueva Guinea. Resulta, cuanto menos chocante, que ignore en su libro un dato clave: la invasión indonesia y la ocupación de la zona oeste de la isla por parte del Gobierno del estado indonesio ha sido responsable, aproximadamente, del asesinato de 100.000 indígenas papúes (8). El Estado es responsable del asesinato de más indígenas en Papúa Occidental que en ningún otro lugar del planeta. 
El peligroso sinsentido que promulga Diamond, de concebirse como cierto por el común de la opinión pública, supondría un enorme retroceso en los avances logrados en materia de defensa de derechos indígenas, y podría facilitar a quienes ambicionan la explotación de los recursos en territorio indígena (y que no son pocos) a poder vulnerar con impunidad los derechos de los pueblos indígenas y tribales que habitan desde tiempos ancestrales en sus tierras. 
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Medio ambiente y política  (publicado en el número 20 Invierno 2014) 

¿Cuánto importa el medio ambiente en la política? ¿Se trata igual al medio ambiente gobiernen unos u otros? ¿Están preparados los gobernantes que se ocupan del medio ambiente? Y en todo ésto, ¿qué futuro tienen los partidos verdes? ¿Es “entrar en el juego” participar en política?
Todo ésto y más se lo hemos preguntado a las personas que combinan la política y el medio ambiente desde sus organizaciones.

El medio ambiente está cada vez más presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad: empresas, medios de comunicación, investigación... política. Pero, ¿hasta qué punto en real el interés por su protección entre nuestra clase política, cuánto tiene de pose o de oportunismo, cuál es la preparación de los que dicen o trabajan en defenderlo en la vida política diaria?
Mientras tanto, en el cerrado panorama político español, dominado por el bipartidismo y un sistema electoral injusto, las alternativas verdes no llegan en ningún caso a coger la fuerza que presentan en otros países de nuestro entorno y se presentan en diferentes formaciones, a veces incluso enfrentadas, ¿cuál es su fuerza y su futuro?

Para hablar de todo ello hemos sentado en una mesa, de manera “virtual”, a personas involucradas en las lucha medioambiental dentro de la política. Por Los Verdes-Grupo Verde participa su portavoz, Esteban Cabal y por la Confederación de Los Verdes, Joan Francesc Peris, portavoz de Los Verdes del PV y co-portavoz de La Confederación de los Verdes de España. Pese a nuestra reiterada invitación a Equo para que participara en esta mesa redonda, no hemos recibido contestación.

¿Qué peso tiene lo relacionado con el medio ambiente actualmente en los programas electorales de los partidos “generalistas” y en la política que aplican cuando gobiernan? ¿No es “lo verde” muchas veces una pose que se sienten obligados a adoptar para satisfacer a parte de su electorado?

Los Verdes-Grupo Verde  Las políticas de protección ambiental siempre han sido escasas frente al ritmo frenético de destrucción de la naturaleza, siempre llegan tarde. Y desde que gobierna el PP son raquíticas. Ha habido un retroceso irresponsable. El medio ambiente ha desaparecido de la agenda política. Esa es la realidad, otra cosa es lo que prometen los partidos del régimen en sus programas que nunca cumplen. No podemos seguir confiando en los partidos tradicionales.

Confederación de Los Verdes  El medio ambiente es tratado en los partidos “generalistas” normalmente como la guinda que está de moda poner en los programas. Incluso se han apropiado la palabra sostenibilidad como una muletilla que se mete en cualquier declaración pública. Todo es o ha de ser sostenible, pero de ninguna manera aplican el concepto ambiental de sostenibilidad en sus políticas. Lo verde suma, es amable, no quita votos, y por, eso, lo utilizan.

¿Conocéis casos en que gobiernos –locales, autonómicos, diputaciones- hayan antepuesto la protección del medio ambiente al beneficio económico?

LV-GV  En esto hay grados. Pero ninguno se aproxima al 100% de justicia ambiental y sostenibilidad. Algunos merecen un aprobado notable en algo, por ejemplo en el modelo energético a base de renovables, pero fallan en otros ámbitos, como la protección de la biodiversidad o el modelo agropecuario. Todavía está por ver, salvo honrosas excepciones testimoniales como las ecoaldeas, gobiernos municipales o autonómicos verdaderamente ecologistas.

CLV  Primero quiero señalar que la protección del medio ambiente no tiene porque ser más cara que su destrucción y que tampoco está ligada a la falta de beneficio económico. Al contrario, la economía verde puede generar muchos, muchísimos puestos de trabajo, y los valores naturales y su conservación pueden ser la garantía de beneficio económico para muchos años. Otra cosa es el beneficio rápido que pretenden los especuladores sin alma, que no piensan para nada en las generaciones futuras, que tienen como opción de vida aquello de “coge el dinero y corre”. En estos últimos 20 años hemos visto un modelo de crecimiento económico basado en este concepto especulativo y ya hemos visto dónde nos ha llevado, pero también hemos visto casos, ciertamente excepcionales, pero los ha habido, de algunos Ayuntamientos que han hecho verdaderos esfuerzos en hacer compatible el desarrollo económico con la conservación de sus bienes y valores naturales.


Según lo que conocéis,¿veis preparadas a las personas que se ocupan de la parcela medioambiental en los partidos políticos y en los diferentes gobiernos?

LV-GV   En general no solo no están preparadas sino que son un verdadero despropósito, algunos concejales y consejeros de medio ambiente cometen atentados ecológicos y negligencias criminales sin pestañear. Y no son más destructivos porque generalmente sus departamentos son meros floreros pero carecen de presupuesto para gestionar, lo que da idea de la sensibilidad ambiental de nuestros gobernantes.

CLV   El problema no es de preparación técnica. Hoy existen los estudios ambientales al máximo nivel y en España no faltan técnicos ni expertos en políticas ambientales a todos los niveles: agua, territorio, energía, residuos, aire, naturaleza, costas y mares, infraestructuras... Es problema de voluntad política y de convicciones. El medio ambiente, para nosotros Los Verdes, es aquello que globaliza la vida de la especie humana. Somos parte de la naturaleza, no estamos por encima de ella, ni somos sus dueños. Las políticas, todas las políticas, deben hacerse desde ese primer principio y ,por tanto,obrar en consecuencia. Cuando los ecologistas políticos defendemos el medio ambiente realmente lo que estamos haciendo es defender la posibilidad de que la especie humana siga pudiendo habitar este planeta.

¿Habéis apreciado diferencias de fondo respeto a la política medioambiental según gobierne el PSOE o el PP?

LV-GV   La política del PP siempre ha sido radicalmente antiecológica, todavía no conocemos un solo gesto de verdadera sensibilidad ambiental más allá de las promesas, los espectáculos de lavado de imagen y los actos testimonialistas. En cuanto al PSOE, forma un tándem con el PP en este sistema bipartidista corrupto, con graves déficits democráticos. Es cierto que en algunos casos puntuales ha demostrado bastante más sensibilidad ambiental que el PP. Pero han sido casos aislados que han durado poco. Por ejemplo cuando Cristina Narbona gestionó la cartera de Medio Ambiente y se enfrentó al lobby nuclear. Pero se sentaba en el mismo Consejo de Ministros que Montilla, ministro de Industria, que hizo una política radicalmente antiecologísta como la que hubiera hecho un ministro del PP.  

CLV    Podríamos decir que no, pero no seríamos justos. En el fondo, tanto PSOE como PP tienen un modelo económico productivista y han compartido el modelo de especulación urbanística ahora fracasado, pero en determinadas actuaciones que está llevando adelante el PP se ha empeorado mucho. Por ejemplo, en energías renovables, desprotección de la costa, legislación ambiental... Digamos que el PP es mucho más bárbaro en sus actuaciones contra el medio ambiente.

Lo primero que cualquier profano puede ver si mira la historia y el panorama del movimiento político verde en España es una enorme dispersión de partidos en cuanto a siglas, comunidades y regiones; escisiones, desavenencias… ¿A qué es debido? ¿Tiene remedio? ¿Se puede aspirar a ganar votos con esa desunión?

LV-GV    Tiene remedio y no es difícil. No hay grandes desavenencias ideológicas y la dispersión no es tanta como se dice. Pero el verdadero problema de Los Verdes nunca ha sido ese, ha sido su debilidad cualitativa y cuantitativa. Somos pocos y con escasos recursos. No recibimos subvenciones públicas ni privadas. Somos como David frente a Goliat. Todavía no hay en España un partido ecologista fuerte como en otros países de Europa y del mundo, pero lo habrá, hace falta.

CLV   En principio contamos con un problema irresoluble de legalidad electoral. En España se legaliza cualquier nuevo partido verde si se pone un guión al lado de Los Verdes y se añade cualquier cosa, que puede ser promovido con cinco personas. Así se facilita mucho la división, que es verdad hemos sufrido a lo largo de nuestra historia. Pero ese mal, tal vez sea fruto de la aún cierta juventud del movimiento en España. Los Verdes se fundan en 1984, el año que viene hacemos 30 años, y tampoco nos ha favorecido un sistema electoral pensado para el bipartidismo, para laminar las minorías, con las barreras del 5% y de la ley de Hondt.

Supongo que el referente electoral siempre es el partido verde alemán, con gran peso en su panorama político mientras que en España nunca una candidatura verde por sí sola ha entrado en el parlamento, ¿qué cosas tendrían que cambiar para tener un grupo parlamentario verde en el Congreso?

LV-GV   El referente electoral no nos importa tanto como el referente moral o ideológico, y ese ya no está en Alemania. Los Verdes – Grupo Verde nos hemos distanciado de los verdes alemanes que a veces adoptan acuerdos incomprensibles, y al mismo tiempo nos hemos acercado más a otros partidos verdes de países pequeños y grandes como el Partido Verde de Brasil que, dicho sea de paso, ha logrado 20 millones de votos en unas presidenciales, mucho más que Los Verdes alemanes en sus mejores momentos. En España hemos logrado algunos éxitos electorales dignos de mención, algunos diputados en coalición en Andalucía, País Vasco, Cataluña, Valencia, y en Baleares Los Verdes lograron una vez un escaño en solitario. Los Verdes tenemos en este momento alcaldes en ciudades importantes y un centenar de concejales muy activos por toda la geografía. Los Verdes – Grupo Verde tiene un promedio de más de 100.000 votos en unas elecciones como las europeas y concejales en muchas provincias y comunidades. En Madrid logramos 13 diputados en coalición con IU, pero si nos hubiéramos presentado solos no hubiéramos podido superar el arbitrario listón electoral del 5% que establece la Ley para excluir a las opciones emergentes como la nuestra. Tenemos un sistema políticamente endogámico y cada vez más monocolor.

CLV   El partido verde alemán es el referente, sobre todo si pensamos en una de sus fundadoras, Petra Kelly que es un ejemplo de política que Los Verdes tenemos siempre presente. Hemos estado en algunos parlamentos de CCAA, en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo a través de coaliciones con otros partidos de izquierda aunque no perdemos la esperanza, que es de color verde, de llegar a tener la implantación suficiente para conseguirlo solos. Pero en los momentos que vive nuestro país, de crisis profunda a todos los niveles, tanto ecológico como económico y social, entendemos que no es momento de dividir el voto progresista y de izquierdas ante el ataque neoliberal brutal que el PP está haciendo al conjunto de la sociedad, y estamos empeñados en formar un frente amplio, político y social, que sin perder ningún principio programático verde sea capaz de cambiar la actual política, tanto en Europa como en España y sus diferentes CCAA. Dentro de esos cambios de política, sin duda estaría la reforma del sistema electoral y se abrirían las posibilidades de que políticos/as verdes a las instituciones con más facilidad.

Se suele decir que el ecologismo no es ni de izquierdas ni de derechas pero lo cierto es que, salvo alguna excepción, los partidos verdes asumen gran parte de los postulados tradicionales de la izquierda, ¿podría un votante conservador elegir una opción verde?

LV-GV   Por supuesto. De hecho uno de cada cuatro votantes verdes se sitúa en ese espectro ideológico. Otro es de centro y los otros dos son de izquierdas. Al menos eso dicen los sociólogos. A los partidos no hay que juzgarles por lo que dicen sino por lo que hacen. Los Verdes somos herederos de las tradiciones más nobles de la izquierda, pero somos muy críticos con la izquierda tradicional acomodada e inmovilista. No queremos etiquetas, no nos gustan, somos transversales, nuestra causa es la del 99% frente al 1% que acapara el poder real, el poder económico. La oligarquía financiera se ríe de esas etiquetas que nos dividen. Y lo que nos divide nos debilita. Tenemos que perder el miedo, romper los dogmas, superar los prejuicios y defendernos de quienes realmente nos gobierna, que no son los partidos tradicionales de derechas o de izquierdas, esos solo son sus subordinados y fieles servidores.

CLV   Los Verdes somos los nuevos rojos y parafraseo el título de un reciente libro de un periodista norteamericano que os recomiendo. No es que Los Verdes asumamos los postulados tradicionales de la izquierda sino que el pensamiento político verde es la alternativa al actual sistema capitalista global. Si ser de izquierdas se entiende como defender una alternativa global al sistema dominante, no se puede ser verde y no ser de izquierdas, pero lo que ocurre es que en estos momentos, cuando la certeza del cambio climático es incuestionable, cuando está demostrado que el actual modo de vida, de movilidad, de alimentación lleva a la muerte a millones de personas, del primer mundo por cáncer y de los países empobrecidos por el intercambio desigual, es toda la ciudadanía, sin distinción por el nivel de renta, la que puede estar convencida de la necesidad de cambiar el modelo productivo, pues está en juego su propia vida. Se puede ser verde y empresario o trabajador, rico o pobre, porque si seguimos contaminando el aire y el agua, no habrá futuro para nadie. Es verdad que las clases trabajadoras y los pueblos del tercer mundo sufren más el deterioro ambiental que las clases pudientes y por eso Los Verdes coincidimos más con las fuerzas de izquierdas, pero nosotros aportamos la nueva contradicción del sistema capitalista, si sigue el actual modelo productivista, la especie humana dejará de existir en el Planeta. Las radiaciones procedentes de los accidentes nucleares no distinguen de clases sociales y matan a ricos y pobres.

Sabemos la mala opinión que se tiene en nuestro país sobre la política y los políticos, el nivel de corrupción en la vida política y de incumplimientos a la hora de gobernar, participar en esa vida política –partidos, elecciones, gobiernos- ¿no conlleva un riesgo de contaminación, de entrar en el juego o caer en la dinámica establecida? 

LV-GV   El descrédito de la política y la desafección son el resultado de la corrupción de los partidos tradicionales con sus políticos profesionales. Pero la política con mayúsculas la ejercen cada día miles de ciudadanos valientes, generosos, humildes y anónimos, activistas con fuertes convicciones, muy motivados, que no buscan notoriedad sino justicia. Yo he sido concejal 8 años y llevo treinta o cuarenta políticamente activo, y jamás he sentido rechazo social por ello. La gente sabe discernir perfectamente entre políticos profesionales y políticos vocacionales. El riesgo es que la gente termine por echar la culpa de esta hecatombe social y de este colapso económico que estamos viviendo a los políticos. Ellos no son los que han provocado este desorden, tienen cierta responsabilidad como malos gestores pero solo eso. Es como si acusáramos de la quiebra de una empresa al contable cuando el verdadero responsable es el empresario. Es la oligarquía financiera, son los banqueros internacionales los que han provocado este desastre para multiplicar sus beneficios y mejorar sus expectativas. Cuanto más adelgazan los poderes públicos más engordan los poderes privados. Y ya son los amos del mundo. Vivimos en una plutocracia, el poder real lo tienen los banqueros y sus multinacionales.

CLV   Todo en la vida tiene riesgos e impactos, pero hasta ahora no se ha inventado otra forma mejor para cambiar las cosas que participar en la democracia, a pesar de sus imperfecciones. Es verdad que lo tenemos muy difícil por el sistema electoral vigente, pero, hasta ahora, no hemos visto a ninguno de Los Verdes que ha tenido responsabilidades de gestión, tenemos bastantes concejales y algún alcalde, envuelto en casos de corrupción. Nosotros no sólo participamos en los procesos electorales, sino que entendemos la política como participación democrática de la ciudadanía todos los días y estamos en organizaciones sociales, ecologistas, pacifistas... Nos movemos junto a la ciudadanía indignada, en las movilizaciones en la calle, sabemos que un cambio real del sistema no se hará sin la participación de la sociedad, pero para que se produzca hay que tener voces en las instituciones, en los parlamentos, en los Ayuntamientos. Para que llegue la democracia real hay que implicarse en esta democracia tan pobre que ahora tenemos, sin miedo a caer en la dinámica establecida. Sólo caen los que carecen de convicciones profundas y de esperanza y a nosotros no nos falta ninguna de las dos.   


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Chapapote en Madrid   (publicado en el número 19 Otoño 2013)


Relacionamos las imágenes de aves muertas o moribundas cubiertas de petróleo con el vertido que en 1991 ordenara Sadan Husseim en Kuwait tras la invasión iraquí o de aguas contaminadas por crudo, inquietantemente brillantes, a la catástrofe del Prestige en 2002 frente a las costas gallegas. Unas y otras se vienen repitiendo desde hace años y, como mínimo, seguirá así unos cuantos años más en pleno centro de la península y a muy pocos kilómetros de una población de más de 50.000 habitantes: Arganda del Rey, en Madrid. Las aguas contaminadas por hidrocarburos donde perecen decenas de aves están en la laguna de Boca Alta y suponen un riesgo para la salud pública tanto por contaminar el aire como por las filtraciones que pueden afectar a los acuíferos cercanos.  

Como en anteriores ocasiones, hemos querido conocer las diferentes versiones que existen sobre este problema, por lo que hemos formulado una serie de cuestiones tanto a los grupos ambientalistas de la comarca como a la Dirección General de Evaluación Ambiental de la Consejería de Medio Ambientede la Comunidad de Madrid

Para quienes como, en nuestro caso, han tenido recientemente noticia de la existencia de esta laguna tóxica, resulta sorprendente que algo así pueda haber ocurrido en nuestro país, junto a una zona urbana y en fechas más o menos recientes,¿podría estar ocurriendo en estos momentos u ocurrir en el futuro un caso semejante?
Raúl Urquiaga, portavoz del Grupo de Acción para el Medio Ambiente
Es difícil que pueda darse un caso semejante. Esta balsa se construyó en los años 70 cuando todavía la normativa ambiental era casi inexistente y el clientelismo era norma a la hora de ejecutar cualquier proyecto polémico. Esta situación se prolongó en el tiempo y hasta finales de los 90 se continuó echando todo tipo de hidrocarburos.
Lo que es difícil de justificar es que durante los años 90 y hasta la fecha, ninguna de las administraciones competentes en la laguna (Ayuntamiento de Arganda, Comunidad de Madrid y Confederación Hidrográfica del Tajo) haya tenido nunca el más mínimo interés por solucionar este grave problema de contaminación. Hay que tener en cuenta que el caso es especialmente grave por estar situada la laguna dentro de un espacio protegido como es el Parque Regional del Sureste. Durante más de 15 años la finca ha estado abierta y cualquiera
podía acceder a ella sin problema. De hecho se han seguido depositando residuos y aceites hasta fechas recientes.

Mariano González, Director General de Evaluación Ambiental de la Comunidad de Madrid

Difícilmente podría producirse una situación similar. La legislación en el momento en el que se produjeron o se detectaron los vertidos era muy laxa, pero a día de hoy eso ha cambiado y los delitos contra el medio ambiente están fuertemente castigados.
Además, actualmente existen controles muy severos en origen de estos residuos de cara a su eliminación. A ello hay que sumar la labor de inspección y en su caso de denuncia del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y de los agentes ambientales y forestales de la Comunidad de Madrid.


Parece indudable la toxicidad de esta laguna para quien pueda caer en ella pero, ¿se puede concretar cómo está afectando al aire o a los acuíferos y si resulta peligrosa para los habitantes de Arganda del Rey?

R.U.
No existen datos sobre cómo puede estar afectando a la calidad del aire y desconocemos si alguna adminsitración ha hecho algún tipo de control al respecto. La información que recibimos es  escasa y casi siempre contradictoria. Lo único que sabemos es que tanto la Comunidad de Madrid como la Confederación del Tajo niegan que se hayan producido filtraciones al acuífero, debido a la alta densidad del hidrocarburo depositado en el fondo de la balsa. Por otro lado es un foco potencialmente peligroso no sólo para los vecinos de Arganda sino también para otros municipios de alrededor. Si por ejemplo llegara a arder la laguna por alguna causa no deseable, los efectos podrían ser gravísimos.

M.G.
Se trata de residuos peligrosos, pero en ningún caso para los acuíferos, ni para la calidad del aire ni mucho menos para los vecinos de Arganda. La propia capa sólida generada por el residuo hace imposible cualquier filtración. El problema es la pérdida de calidad ambiental y la agresión que supone para las aves, que se posaban confundiéndola con una laguna. Para evitar que se posaran, la Comunidad de Madrid instaló medidas acústicas y visuales disuasorias. La restauración integral de este espacio permitirá devolverlo a su uso público e integrarlo en el espacio natural en el que se encuentra. 

Han sido varios los intentos de regeneración de la balsa contaminada desde que la Comunidad de Madrid adquiriera los terrenos en el 2009, ¿se pueden tener garantías de que esta vez se logrará limpiar en los plazos y gasto previsto?

R.U.
No existen garantías porque hasta la fecha, desde 2009, se nos han “vendido” hasta cinco soluciones diferentes y la situación sigue siendo la misma. De hecho no ha habido ningún intento, todo han sido palabras vanas y promesas incumplidas.
Ahora mismo lo único que existe es un proyecto LIFE presentado a la UE, del que nada sabemos y del que la Consejería de Medio Ambiente no ha querido pasarnos ninguna información. Dada la magnitud de las cifras de gasto que se manejan (14 millones de euros) y el carácter de la actuación, no hay muchas esperanzas de que un proyecto así sea financiable a través de los LIFE. De hecho ya presentó la Comunidad de Madrid dos proyectos en 2009 y 2010, y ambos fueron denegados.

M.G.
La Comunidad de Madrid decidió comprar la parcela ante la imposibilidad de exigir responsabilidades a los causantes de los vertidos y con el objetivo de solucionar un problema que de otro modo no podía tener solución. Desde ese momento, principios de 2009, la Administración regional ha realizado diferentes trabajos de cara a buscar la solución más adecuada. Ahora, el proceso ya está en marcha definitivamente y no tiene marcha atrás. Se va a hacer sí o sí porque acabar con esta mancha es un propósito firme de este Gobierno regional. Ahora bien, la coyuntura económica es la que es, así que el plazo de los trabajos estará en función del presupuesto final de la obra. Lo hemos dicho desde el primer momento, es una obra de gran complejidad que requiere un gasto muy importante y, por tanto, su plazo de ejecución será de al menos cuatro años.

Además de la laguna de Boca Alta existe otra balsa, contaminada probablemente entre la década de los 60 y los 70, ¿existen planes o medidas para regenerarla?  

R.U.
Sobre esta balsa no existe ningún interés por la Comunidad de Madrid en hacer nada. De hecho la composición de ambas puede que sea muy parecida y puede ofrecer información de interés para el tratamiento de la de Boca Alta. En esta otra laguna los hidrocarburos fueron solidificados con cenizas y por tanto no ocasiona ninguna muerte de aves. Además podría valorarse un tratamiento similar para posteriormente ser traslados los residuos en camiones a vertederos de seguridad.

M.G.
La Comunidad de Madrid no tiene constancia de que existan lagunas en situaciones similares.


Autor: Julian Green

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¿Es aún posible lograr la sostenibilidad? 

  (publicado en el número 19 Otoño 2014)


Un año más el World Watch Institute ha presentado su informe
sobre la situación del mundo titulándola con esa inquietante pregunta:
¿es aún posible lograr la sostenibilidad?
Vivimos en el mundo extrayendo y consumiendo sus recursos
como si nunca fueran a acabarse y, cuando nos damos cuenta
de que se agotan, no parecemos tener prisa en cambiar las
cosas para no quedarnos sin futuro, como si siempre quedara
tiempo para encontrar la solución pero, ¿hemos llegado demasiado
lejos y ya no queda mucho que conservar, que “sostener”?
Tratando de encontrar respuesta a tan compleja y fundamental
pregunta hemos conversado con José Bellver, economista e investigador
de FUHEM-Ecosocial, y co-autor del apéndice a la
edición en castellano del informe La Situación del Mundo 2013
del Worldwatch Institute.
Sostenibilidad


En el apéndice referido a la sostenibilidad ambiental en la economía española se cita que la crisis económica actual ha propiciado un cambio cuantitativo en algunas tendencias que podría ayudar a la necesaria reconversión ecológica de nuestra economía pero, una vez que se supere la crisis, ¿no volveremos a la misma situación anterior a ella?

Para bien o para mal, volver a la misma situación que la anterior es algo que a todas luces se torna imposible, y todo apunta a que, de no cambiar el modelo, más bien será para mal. De entrada, lo primero que cabría señalar aquí es que en términos socioeconómicos, y siguiendo
las tendencias actuales, lo más probable es que “salgamos” de la crisis –en su dimensión económico-financiera– con una mayor desigualdad social, precariedad laboral, y un evidente empeoramiento del acceso universal a servicios públicos de calidad como educación, sanidad o protección social. 
Por lo que a lo ambiental se refiere, como bien señalas, algunos rasgos de la insostenibilidad de la economía española amainaron con el inicio de la crisis económica, pero fundamentalmente como causa de la disminución de la actividad económica y no como consecuencia de un proceso de reconversión ecológica.
Los elementos generadores de la insostenibilidad ambiental de la economía española siguen presentes, desde el modelo energético hasta el agrícola, pasando por las propias estrategias político-económicas entre las que el crecimiento económico (aumento de la producción de bienes y servicios) prima sobre la redistribución los recursos disponibles (renta y riqueza) como instrumento para cumplir los objetivos de bienestar social y satisfacción de las necesidades.
Y sin embargo, la actual crisis económica podría constituir una verdadera oportunidad para lograr la sostenibilidad ambiental en la medida en que el necesario cambio de modelo productivo y redistributivo podría contribuir a atajar muchos de los problemas económicos, sociales y ambientales al mismo tiempo.

En la primera parte del informe se cita que el 20% de los países consume el 80% de los recursos del planeta, ¿qué podemos esperar cuando países tan poblados como China, India, Brasil o Rusia están dando un acelerón en su crecimiento económico y sus sociedades aspiran a imitar nuestro sistema de consumo?

Bueno, habría que matizar algunas cosas antes de responder directamente a la pregunta… Cuando se observan las dinámicas de crecimiento de estos países –los BRIC o las economías emergentes– siempre hacemos saltar la voz de alarma: en lo social por la preocupación por la competencia en precio que conlleva las peores condiciones laborales en estos países; y en lo ecológico por el menor nivel de protección ambiental que los mismos presentan, además del aumento en la suma total en el uso de recursos y la generación de residuos a nivel global.
Los elementos para la preocupación son indudables, sin embargo, al margen de la contradicción –que ya de por sí merece cierta reflexión– de protestar ante el seguimiento de una senda que otros hemos seguido previamente, en este tipo de valoraciones tienden a obviarse dos cuestiones fundamentales. La primera de ellas es que una buena parte de lo que estas economías –muy orientadas a la exportación– producen es para el consumo de las economías más ricas, y de ahí que esa proporción 20-80 de la que hablas en cuanto a la distribución mundial en el consumo de recursos siga siendo el mismo desde hace décadas. Esto pone de manifiesto, por otra parte, el hecho de que la supuesta mayor protección o calidad ambiental de la que a veces se presume en el mundo “desarrollado” no es más que una ilusión óptica, generada en gran medida por la deslocalización de la producción industrial hacia economías periféricas. Algunos indicadores tienen esto en cuenta, como por ejemplo el de la huella ecológica, según el cual para generalizar el nivel modo de vida de los países de ingresos altos serían necesarios más de tres planetas Tierra, mientras que la huella ecológica media del resto de países del mundo es asimilable en un solo planeta. La segunda cuestión, ligada a la anterior, es que, si para poder satisfacer las necesidades de la población en todos
los lugares del mundo, muchas economías necesariamente deberán crecer, y teniendo en cuenta la existencia limitada de recursos, así como la capacidad de asimilar residuos (gases de efecto invernadero incluidos), parece obvio que lo equitativo sería que las economías “desarrolladas” fueran las que limitaran la expansión de su propio metabolismo económico (que conforman los recursos utilizados y los residuos generados). 
Y aquí, más que “esperarlo”, la limitación o reducción de ese metabolismo entre economía y naturaleza, poniendo un especial énfasis en la redistribución a través de un necesario cambio de modelo económico-político, es por lo que cabe luchar, tanto por la existencia de límites y la necesidad
de un reparto equitativo que señalábamos, como por la potencialidad que supone de cara a lograr un mayor bienestar social o una mayor prosperidad, que a la vez sea compartida y duradera.
De esta forma, ese comportamiento imitativo entre unas sociedades y otras que señalas, podría estar basado en una aspiración a una determinada calidad de vida, en términos de satisfacción de necesidades humanas (de seguridad, de reconocimiento, de afecto, etc. además de las más básicas como la alimentación), y no tanto por el deseo de alcanzar determinados niveles de vida, en términos de consumo material.
De lo contrario, regresando así a la pregunta, lo que cabe esperar es que se multipliquen los conflictos, ya existentes en la actualidad, tanto por la pugna de los diversos agentes que traten de asegurarse el suministro de recursos –no renovables como el petróleo, el gas o los metales, y renovables como la madera de los bosques o las tierras fértiles– como por el uso y sobreexplotación de sumideros locales y globales. 
Desde el mismo momento en el que un río, del que cuya vida dependen toda una serie de poblaciones, es contaminado o es sobreexplotado en su lugar de nacimiento, las poblaciones afectadas se verán forzadas a buscar el agua en otra parte o de otro modo. Hace 500 años el margen que existía era elevado en términos de espacio ambiental tanto para grandes desplazamientos como para utilizar recursos alternativos, pero en el “mundo lleno” –utilizando el concepto del economista ecológico Herman Daly– en el que hoy vivimos, la proliferación de colapsos ecosistémicos y de conflictos está asegurado.
El escenario, por tanto, ante el mantenimiento de lo que los anglosajones llaman “business as usual” (seguir con lo mismo) es, a la par que poco halagüeño, contradictorio y utópico en tanto que planteamiento propositivo.

También en esa primera parte se cita «El desarrollo de fuentes de energía renovables no es algo que se pueda hacer después de que los combustibles fósiles se hayan convertido en política o económicamente inviables». Si bien se están desarrollando energías alternativas a los combustibles fósiles, aquellas más bien parecen crearse para atender la creciente demanda energética que para sustituir al petróleo o el carbón, ¿podemos concebir un mundo que no consuma hasta la última gota de petróleo o el último metro cúbico de gas?


Por supuesto. Existen ya incluso comunidades y municipios por todo el mundo –algunos con una larga trayectoria– que están demostrando con la práctica que es perfectamente posible alcanzar modos de vida colectivos que no dependan de los combustibles fósiles. Las Transition Towns (ciudades en transición), originariamente inglesas e irlandesas, y las ciudades postpetróleo americanas son un buen ejemplo de ello.
Por otra parte, cabría matizar que es seguro que ni en la máxima expresión del capitalismo más feroz se consumiría hasta la última gota de petróleo o el último metro cúbico de gas porque no sería rentable. De hecho, el petróleo y el gas se acercan en promedio cada vez más a los niveles de “rentabilidad energética” –energía extraída frente a energía crecientemente invertida en su extracción– de las energías renovables. Este es uno de
los indicativos de que estamos a las puertas del pico de extracción del petróleo y el gas mundiales, algo que por otra parte ya ha reconocido la propia Agencia Internacional de la Energía. El Peak Oil, según su denominación anglosajona, es el punto a partir del cual cada año se extrae menos petróleo que el anterior.
Esto, en un contexto de demanda creciente solamente puede llevar a un incremento exponencial del precio de este recurso maestro en el capitalismo moderno.
Por lo tanto, la sustitución de los combustibles fósiles no sólo es deseable por su directa relación con el cambio climático, sino que es económicamente necesario en un plazo más corto que largo, más aún en el caso de la economía española, dados los costes que conlleva nuestra elevada dependencia externa de este recurso. Y para todo ello, cabe tener en cuenta que en el proceso de sustitución energética necesariamente se tendrá que utilizar parte de la energía fósil restante, lo cual hace aún más urgente la transición. Con todo, me temo que ni siquiera sustituir todo el consumo de petróleo o gas por otras energías sería suficiente para alcanzar una sostenibilidad generalizable. Por encima de la sustitución debe de primar la reducción del consumo, empezando por el ahorro, la gestión de la demanda, y la eficiencia energética.
Y pensar que basta con limitarse a esta última, como solemos hacer hoy, es un espejismo.
El tránsito hacia economías bajas en carbono puede suponer, por otra parte, a la hora de estimular algunos sectores económicos y tratar así de generar empleo, que en lugar de poner el énfasis en la búsqueda de actividades que maximicen la productividad (y que por endehacen menos necesario el empleo), la transformación estructural se desplace hacia una economía de “baja productividad” más intensiva en mano de obra y con menor uso de recursos naturales.


En la segunda parte se hace referencia a un sistema alimentario mundial roto en un planeta cada vez más poblado y con un número similar de personas que pasan hambre o que sufren obesidad, ¿son realmente viables alternativas como la agricultura ecológica y una distribución equitativa de la actual producción alimentaria paliaría el problema?

Lo primero que habría que señalar aquí es que la malnutrición y la desnutrición son consecuencias de un mismo proceso: la mercantilización y oligopolización, e incluso la “financiarización”, del sistema alimentario mundial. La historia del capitalismo moderno está directamente ligada a la concentración de la población de las ciudades y el abandono del campo, en donde la industrialización de la agricultura permitió sustituir el trabajo por maquinaria, liberando así fuerza de trabajo para la producción industrial y convirtiendo a buena parte de los antaño “autoproductores/as” en población asalariada y consumidora, entre otras cosas, de alimentos en el mercado.
Una buena parte de la producción agroalimentaria mundial está hoy en manos de un grupo reducido de empresas que en aras de la maximización de la rentabilidad, han limitado excesivamente la producción (y el consumo) a una muy reducida variedad de alimentos comercializados, entre otros el arroz, el trigo y el maíz, cuyos precios están, como en el caso de otros tantos recursos, sujetos a cotización en los mercados financieros globales, y por tanto sujetos también a una especulación con graves consecuencias para la salud de millones de personas en el mundo.
La vulnerabilidad biológica de estos monocultivos (por ejemplo frente a plagas y en comparación con cultivos biodiversos), además de la falta de adecuación, en tantasocasiones, de las variedades cultivadas a las características de suelo, clima y recursos disponibles de la región, ha conllevado una creciente dependencia de fertilizantes ypesticidas, en gran medida derivados del petróleo –de ahí que se les conozca también como agro-tóxicos–. De esta manera, esta agricultura industrializada predominante e impulsada institucionalmente de Norte a Sur no sólo no ha logrado responder a las necesidades de toda la población mundial, sino que ha contribuido a la degradación de los suelos, a la desaparición de variedades agrícolas y a la contaminación de los ecosistemas globales, acuíferos y atmósfera incluidos, afectando todo ello a la salud de las personas, además de empobrecer a multitud de poblaciones campesinas, crecientemente dependientes de semillas, fertilizantes y pesticidas importados. Son muchos, por tanto, los elementos que permiten aseverar que el actual modelo agroalimentario no es ni socialmente ni ambientalmente deseable, además de inviable a medio plazo en términos económicos.
Frente a esto, la transición hacia una agricultura y ganadería ecológicas (agroecología) se plantea no sólo como una alternativa viable, sino como una necesidad cada vez más urgente. Ello permitiría que la actividad agropecuaria fuera compatible con la salud de las personas y los ecosistemas. El grado de equidad social y de mantenimiento de la población rural en el territorio dependerá en cambio del grado de tecnificación, pero sobre todo de las estructuras de propiedad o de las dinámicas redistributivas en forma de ayudas promovidas desde el sector público.
Finalmente, un elemento esencial en cuanto a cómo se distribuyen mundialmente los alimentos, y directamente ligado a la viabilidad de unos modelos alimentarios u otros, es el tipo de dieta seguido.
Existe una abultada evidencia empírica que demuestra que los requerimientos territoriales, así como de agua y energía que requiere una dieta cada vez más rica en proteínas animales como la “euronorteamericana” no es generalizable, además de ser cada vez menos saludable.
La solución del problema alimentario global pasa por tanto necesariamente por esta cuestión.

En la segunda parte del informe se habla también de la necesidad tanto de acciones individuales como colectivas para provocar un cambio político sobre todo lo relacionado con el medio ambiente pero, ¿puede ser efectivo el cambio o la presión de millones de personas, incluso naciones enteras, cuando los mayores países contaminantes y consumidores de energía –Estados Unidos, China- son remisos a suscribir o cumplir los grandes compromisos internacionales a favor, p.e., de la disminución de emisiones de CO2?

Como comentaba más arriba, el movimiento internacional de mercancías y de capitales hace que hoy buena parte de los residuos generados, entre ellos las emisiones de CO2 u otros gases de efecto invernadero, se generen más allá de las fronteras en las cuales se consume el producto fabricado y transportado. Si el cambio del que hablamos se produce teniendo esto en cuenta, este será efectivo no sólo en la escala local donde este se produce, sino más allá.
Por otro lado, frente al dogma librecambista internacional, pintado como un juego en el que todo el mundo gana y que acaba aplicándose más para unos que para otros en favor de intereses oligopólicos, la imposición de barreras arancelarias o no arancelarias al comercio con aquellos países incumplidores de los compromisos internacionales sería una opción posible como medio de presión para proteger el bien común. En muchas ocasiones esta forma de presión ha demostrado ser efectiva, como por ejemplo parece estar ocurriendo
con la industria nuclear iraní a la que se sospecha de investigación y desarrollo para usos militares.
Pero en cualquier caso, esperar a que el otro cambie para cambiar uno mismo es una opción paralizante y con frecuencia surge de solo ver sacrificios en la decisión del cambio. De ahí la importancia de subrayar las bondades sociales y económicas desde la escala colectiva a la individual que pueden suponer las transiciones socioecológicas hacia sociedades ecológicamente sostenibles y socialmente equitativas.



Se cita en el informe el obligado decrecimiento de Cuba, algo que, de alguna manera, está también ocurriendo en España,¿podemos conseguir una sostenibilidad ambiental si no es decreciendo, reduciendo nuestro consumo, actividad industrial, etc.?

Depende de lo que entendamos por decrecimiento... Si por ello entendemos reducción del Producto Interior Bruto (PIB), no necesariamente ello implicará lograr una mayor sostenibilidad ambiental, ni tampoco al contrario: la cuestión es que este indicador monetario no es un reflejo del grado de protección ambiental, y de hecho, en términos más generales, hasta su capacidad de reflejar el bienestar social está más que puesto en duda. En ello influye la valoración monetaria (los precios) de las cosas, que al estar directamente ligada a relaciones de poder, carece de cualquier objetividad a la hora de dar cuenta del lo que para una sociedad es importante.
Si en cambio a lo que nos referimos es al metabolismo socioeconómico –la cantidad física de recursos utilizados y residuos generados– entonces tal decrecimiento es sin duda necesario, especialmente entre aquellas sociedades opulentas que sobrepasen netamente su
porción de capacidad de carga global. Pero incluso dentro de estas últimas los niveles de desigualdad pueden llegar a ser tan elevados que cualquier planteamiento de transición hacia la sostenibilidad ambiental que quiera ser socialmente justo necesariamente ha de ir acompañado de una fuerte carga redistributiva.
De ahí que quizás la noción de “prosperidad compartida y duradera” sintetice mejor la idea de lo que se quiere proponer, pues no olvidemos que un decrecimiento socio-metabólico podría también ser autoritario y absolutamente injusto.

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(publicado en el número 18 Verano 2013)
Cementerio nuclear: las dos versiones

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