miércoles, 11 de febrero de 2015

Biodiversidad y lucha contra la pobreza


La biodiversidad o diversidad  biológica se puede definir como  la variedad de organismos vivos de cualquier fuente existentes en la Tierra y los complejos ecológicos de los que forman parte. 
Dentro de ella habría tres niveles: diversidad dentro de cada especie (diversidad genética), diversidad entre las diferentes especies de animales, plantas y microorganismos y diversidad entre los diferentes ecosistemas.
De una manera práctica, esta diversidad, que no nos es ajena pues formamos parte de ella, es de la que obtenemos la mayoría de recursos y servicios gracias a los cuales transcurre nuestra existencia. 
No estamos hablando de un concepto sin más ni de un capricho que cuidar; el Banco Mundial estimaba que la existencia de 1.600 millones de personas dependía directamente de lo que les proporcionaban los bosques… Si no hay bosque, la existencia se hace muy difícil o imposible.
Además de esa dependencia “económica” de la biodiversidad, ésta aporta un sinfín de beneficios:

-estabiliza y modera el clima del planeta 
-mitiga los eventos climáticos extremos, como la sequía o las inundaciones
-facilita la adaptación a los cambios globales
-descontamina y purifica el agua y el aire
-desintoxica y descompone los deshechos
-genera y renueva la fertilidad del suelo
-facilita la polinización de las plantas, incluidos cultivos fundamentales para nuestra alimentación
-controla plagas y enfermedades
-etc. etc.

Por ello, como nos detalla Noelia Vallejo Pedregal (entonces en la Subdirección General de Biodiversidad) es obvio que cualquier iniciativa contra la pobreza en el mundo pasa por la conversación de la biodiversidad o, dicho al contrario, la pérdida de biodiversidad aumenta la pobreza.
Para ello relacionaba datos tan entendibles como éstos: los servicios que aportaban los ecosistemas forestales tropicales se estimaban entre 6.000 y 16.000 dólares por hectárea y año, los arrecifes de coral entre 115.000 y 1.140.000 dólares…
Ya se ha comentado la dependencia de millones de personas de los bosques; 3.000 millones dependerían para su supervivencia de la biodiversidad marina y costera. El 70% de los pobres del mundo vivían en zonas rurales y su alimentación, medicina y combustibles vendrían en un 90% del medio natural  que habitaban.
También, como se ha dicho, la relación entre biodiversidad y desarrollo es biunívoca: siendo la biodiversidad fundamental para el desarrollo humano; éste, según se ponga en práctica, puede potenciarla o degradarla.
Pero lo cierto es que la pérdida de biodiversidad es creciente: cambio climático, sobreexplotación de recursos naturales, que conlleva la desaparición o fragmentación de ecosistemas, la contaminación de aguas y ecosistemas, la introducción de especies invasoras… con consecuencias tan dramáticas como el deterioro de la salud, la menor disposición de agua potable, la pérdida de soberanía alimentaria, de estilos de vida tradicionales, desencadenando todo ello conflictos y desplazamientos, entrando en un círculo vicioso.
Una vez más, la situación es reversible mediante un cambio de actitud y las consecuencias de nuestra pasividad, más duras para los países en vías de desarrollo.

Julian Green

El libro Cuatro grandes retos, una solución global editado por la Fundación IPADE con la participación de diversos autores, representa un breve compendio realmente útil para comprender estos cuatro grandes problemas del planeta y quienes lo habitan (cambio climático, pérdida de biodiversidad, desertificación y pobreza) y hacerlo entendiendo todos los beneficios directos que sus soluciones nos ofrecen. Si bien espeso y poco apto para “no iniciados” en algunos apartados, la aportación de numerosos expertos nos da una visión clara, comprensible y, además, positiva de cómo solucionar estos problemas. Publicado en 2010, sus contenidos son plenamente actuales así como las alternativas propuestas.

Por ello, su importancia y actualidad nos ha motivado a ir más allá de la típica reseña y ahondar brevemente en cuatro de los temas que desarrolla.

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