A
finales del mes de mayo llegó a Europa, por el puerto de Bilbao, el primer
cargamento de petróleo procedente de arenas bituminosas de Canadá y con destino
a la refinería de Muskiz. El cargamento corresponde a 600.000 barriles. Las
arenas bituminosas son una mezcla de arcilla, arena, agua y bitumen que se
obtienen mediante la apertura de minas a cielo abierto. De ellas se extrae un
petróleo más denso que el convencional y cuya combustión genera un 23% más de
emisiones contaminantes de lo habitual. Su extracción es especialmente dañina
pues provoca deforestación, contaminación del aire y del agua, que se utiliza
en grandes cantidades para la separación del bitumen del resto de compuestos de
las arenas.

Las
importaciones españolas de este petróleo, cifradas en 4.000 barriles diarios en
2012, podrían dispararse hasta 700.000 en 2020.
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