viernes, 27 de febrero de 2015

Crisis ambiental y social

La base del libro que nos ocupa es la interrelación entre los grandes problemas citados por lo que no es ya que tengan una solución común, global, es que no hay arreglos parciales, por separado; parches, más que otra cosa.
Como se citaba en el apartado anterior, la lucha contra la pérdida de biodiversidad combate a su vez la pobreza, de la misma manera que la deforestación supone mayores penurias, sufriéndolas más que nadie los más pobres.
Según la UICN, la biodiversidad contribuye directamente a la reducción de la pobreza en, al menos, cinco áreas clave: seguridad alimentaria, mejora de la salud, generación de ingresos, reducción de la vulnerabilidad y servicios de los ecosistemas.
Liliana Spendeler (Amigos de la Tierra) remarca, además de lo indisociable de la degradación ambiental y la humana, la asimetría existente en los daños que provocamos a la naturaleza y sus consecuencias, siendo el cambio climático el mejor ejemplo: el Norte más rico lidera de manera aplastante el número de emisones históricas de CO2 (1.075 toneladas por persona América del Norte, 589 Europa) mientras zonas como África Subsahariana (24), América del Sur (67) o Asia (61) tienen a gran parte de su población en los mayores índices de pobreza.     
Surgen así conceptos como deuda ecológica y justicia climática.
La deuda ecológica sería la responsabilidad que tienen los países industrializados (sus instituciones, élite económica y corporaciones) por la apropiación gradual y control de los recursos naturales de los países del Sur.
La justicia climática reivindicaría la introducción en la gestión del cambio climático y en las negociaciones al respecto la asimetría antes citada como concepto ético.
En este sentido, las Cumbres sobre el Clima, pese a su escasa eficacia –cuando fue publicado este libro estaba reciente el estrepitoso fracaso de la de Copenhague 2009- deberían tener en cuenta las aportaciones económicas de los países ricos para con los pobres  tanto para la mitigación de los efectos del cambio climático como para la adaptación a sus inevitables consecuencias. Si bien, en todo caso, más allá de las ayudas económicas, éstas pueden resultar ineficaces si no las acompaña la coherencia de los países del Norte en su lucha contra el calentamiento global (en el caso de Europa, reducciones más ambiciosas que las previstas en la emisión de gases de efecto invernadero, no seguir detrayendo tierras en África para el cultivo de agrocombustibles que disminuyen las posibilidades de sus habitantes de abastecerse, cejar en su política agresiva de consumo de recursos naturales o no avanzando en una política agrícola industrial y concentrada que le hace necesario un territorio 2,2 veces superior al que dispone)
Todo ello lleva a una conclusión ya conocida: más allá de una crisis económica profunda y larga, nos enfrentamos a una crisis medioambiental permanente y creciente, devastadora para ecosistemas y personas y al borde del punto de no retorno.
Las soluciones, como se decía antes, no pasan por decisiones aisladas, ayudas a los pueblos empobrecidos provenientes de un sistema que acabará destruyendo lo conseguido de esa manera. La salida pone de la mano, por provenir las causas del mismo lado, la protección del medio ambiente y sus recursos naturales, la lucha contra los efectos del cambio climático y las desigualdades sociales; la salida a estos problemas requiere un cambio de sistema que haga posible que vivamos dentro de los límites biofísicos del planeta y compartiendo los elevados frutos que éste nos ofrece.  

Julian Green

El libro Cuatro grandes retos, una solución global editado por la Fundación IPADE con la participación de diversos autores, representa un breve compendio realmente útil para comprender estos cuatro grandes problemas del planeta y quienes lo habitan (cambio climático, pérdida de biodiversidad, desertificación y pobreza) y hacerlo entendiendo todos los beneficios directos que sus soluciones nos ofrecen. Si bien espeso y poco apto para “no iniciados” en algunos apartados, la aportación de numerosos expertos nos da una visión clara, comprensible y, además, positiva de cómo solucionar estos problemas. Publicado en 2010, sus contenidos son plenamente actuales así como las alternativas propuestas.

Por ello, su importancia y actualidad nos ha motivado a ir más allá de la típica reseña y ahondar brevemente
en cuatro de los temas que desarrolla.

Leer también:
Biodiversidad y lucha contra la pobreza
¿Por qué se sigue negando el cambio climático...
Desertificación: causas antrópicas, soluciones antrópicas

sábado, 21 de febrero de 2015

Concurso fotográfico: Survival convoca un concurso fotográfico mundial sobre pueblos indígenas

Fotografía ganadora en la anterior edición del concurso: el retrato de un indígena asurini do Tocantins de la Amazonia brasileña, de Giordano Cipriani.
© Giordano Cipriani / Survival International
A raíz del éxito de su primer concurso fotográfico, Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y tribales, convoca por segundo año consecutivo esta competición a nivel mundial.
El concurso tiene por objetivo elogiar la fotografía como una potente herramienta para concienciar sobre los pueblos indígenas, sus modos de vida únicos y las amenazas hacia su existencia.
Los fotógrafos amateurs y profesionales de cualquier parte del mundo están invitados a participar. Las fotografías pueden presentarse en base a las siguientes categorías:
- Guardianes: imágenes que muestren a los pueblos indígenas como guardianes del mundo natural.
- Comunidad: fotografías que reflejen las relaciones entre individuos, familias o pueblos indígenas.
- Supervivencia: imágenes que muestren los extraordinarios modos de vida de los pueblos indígenas y tribales.  
El jurado estará conformado por el director de Survival, Stephen Corry, la coordinadora de Survival Italia, Francesca Casella, el cofundador de The Little Black Gallery, Ghislain Pascal y Max Houghton, profesor titular de fotografía en London College of Communication.
Las imágenes finalistas serán publicadas en el calendario de Survival 2016, cuyas ventas van destinadas a recaudar fondos para las vitales campañas de la organización. La seleccionada como ganadora ilustrará además la portada del calendario.
El plazo límite de envío de imágenes es el 30 de abril de 2015.
Notas:
- Para más detalles sobre las normas del concurso, visita: www.survival.es/campanas/competicion-fotos

miércoles, 11 de febrero de 2015

Biodiversidad y lucha contra la pobreza


La biodiversidad o diversidad  biológica se puede definir como  la variedad de organismos vivos de cualquier fuente existentes en la Tierra y los complejos ecológicos de los que forman parte. 
Dentro de ella habría tres niveles: diversidad dentro de cada especie (diversidad genética), diversidad entre las diferentes especies de animales, plantas y microorganismos y diversidad entre los diferentes ecosistemas.
De una manera práctica, esta diversidad, que no nos es ajena pues formamos parte de ella, es de la que obtenemos la mayoría de recursos y servicios gracias a los cuales transcurre nuestra existencia. 
No estamos hablando de un concepto sin más ni de un capricho que cuidar; el Banco Mundial estimaba que la existencia de 1.600 millones de personas dependía directamente de lo que les proporcionaban los bosques… Si no hay bosque, la existencia se hace muy difícil o imposible.
Además de esa dependencia “económica” de la biodiversidad, ésta aporta un sinfín de beneficios:

-estabiliza y modera el clima del planeta 
-mitiga los eventos climáticos extremos, como la sequía o las inundaciones
-facilita la adaptación a los cambios globales
-descontamina y purifica el agua y el aire
-desintoxica y descompone los deshechos
-genera y renueva la fertilidad del suelo
-facilita la polinización de las plantas, incluidos cultivos fundamentales para nuestra alimentación
-controla plagas y enfermedades
-etc. etc.

Por ello, como nos detalla Noelia Vallejo Pedregal (entonces en la Subdirección General de Biodiversidad) es obvio que cualquier iniciativa contra la pobreza en el mundo pasa por la conversación de la biodiversidad o, dicho al contrario, la pérdida de biodiversidad aumenta la pobreza.
Para ello relacionaba datos tan entendibles como éstos: los servicios que aportaban los ecosistemas forestales tropicales se estimaban entre 6.000 y 16.000 dólares por hectárea y año, los arrecifes de coral entre 115.000 y 1.140.000 dólares…
Ya se ha comentado la dependencia de millones de personas de los bosques; 3.000 millones dependerían para su supervivencia de la biodiversidad marina y costera. El 70% de los pobres del mundo vivían en zonas rurales y su alimentación, medicina y combustibles vendrían en un 90% del medio natural  que habitaban.
También, como se ha dicho, la relación entre biodiversidad y desarrollo es biunívoca: siendo la biodiversidad fundamental para el desarrollo humano; éste, según se ponga en práctica, puede potenciarla o degradarla.
Pero lo cierto es que la pérdida de biodiversidad es creciente: cambio climático, sobreexplotación de recursos naturales, que conlleva la desaparición o fragmentación de ecosistemas, la contaminación de aguas y ecosistemas, la introducción de especies invasoras… con consecuencias tan dramáticas como el deterioro de la salud, la menor disposición de agua potable, la pérdida de soberanía alimentaria, de estilos de vida tradicionales, desencadenando todo ello conflictos y desplazamientos, entrando en un círculo vicioso.
Una vez más, la situación es reversible mediante un cambio de actitud y las consecuencias de nuestra pasividad, más duras para los países en vías de desarrollo.

Julian Green

El libro Cuatro grandes retos, una solución global editado por la Fundación IPADE con la participación de diversos autores, representa un breve compendio realmente útil para comprender estos cuatro grandes problemas del planeta y quienes lo habitan (cambio climático, pérdida de biodiversidad, desertificación y pobreza) y hacerlo entendiendo todos los beneficios directos que sus soluciones nos ofrecen. Si bien espeso y poco apto para “no iniciados” en algunos apartados, la aportación de numerosos expertos nos da una visión clara, comprensible y, además, positiva de cómo solucionar estos problemas. Publicado en 2010, sus contenidos son plenamente actuales así como las alternativas propuestas.

Por ello, su importancia y actualidad nos ha motivado a ir más allá de la típica reseña y ahondar brevemente en cuatro de los temas que desarrolla.

jueves, 5 de febrero de 2015

Humanizando chimpancés: Salud mental y bienestar en primates no humanos

El uso de primates en el mundo el entretenimiento, el circo, la publicidad, la televisión o como mascotas es todavía una triste realidad. Pero ¿cuáles son las consecuencias reales de estas situaciones de extrema humanización y aislamiento de sus congéneres?

“África nació en el año 2000 en la selva. Con pocos meses de vida fue arrebatada de su madre y de su grupo. Llegó a manos de un particular con una la mandíbula inferior fracturada, un traumatismo lumbar y con movilidad reducida en las piernas.  Vivió durante una década junto a una familia humana: madre, padre e hija. Participaba en las actividades cotidianas de la familia comiendo en la mesa y compartiendo espacios comunes. A los 6 años de edad tuvo un accidente que le ocasionó una

martes, 3 de febrero de 2015

Desertificación: causas antrópicas, soluciones antrópicas

Si bien ciñéndonos al diccionario, desertización y desertificación son lo mismo, se viene aceptando que en el primer caso las causas son naturales y en el segundo, las produce la actividad humana.
En todos ellos, estamos frente a un gravísimo problema para nuestro planeta que sufren millones de personas y que no deja de crecer, por el que tierras fértiles acaban degradándose hasta poder convertirse en desiertos.
Las causas naturales, frente a las que poco podemos hacer, son el clima, la disposición del suelo que favorece la pérdida del agua de lluvia, la falta de materia orgánica que no retiene la lluvia ni la humedad, etc.
Pero las causas antrópicas, las que provienen de la actividad humana, son las que más deben interesarnos puesto que, como en el caso del cambio climático, al ser nosotros los causantes podemos revertir la situación.
Dentro del apartado que firma Luis Recatalá Boix (Departamento de Planificación Territorial de la Universidad de Valencia) se enumeran las siguientes, referidas en concreto a la región mediterránea, pero aplicables en general: