El ratopín es uno de los
animales más raros del mundo y posiblemente uno de los más feos, pero seguro
que mucho de nosotros lo vamos a envidiar.
Su aspecto es como el de una
salchicha con dientes, ya que es un roedor sin pelo que vive bajo tierra en las
sabanas de África. En algunos lugares se le considera una plaga debido a sus
hábitos alimenticos, pues se alimentan de raíces y tubérculos, dañando los
cultivos de patatas y otros vegetales. Pero, también, se come las heces que
produce, es decir, son coprófagos (como los conejos o los gorilas en ciertas
ocasiones)
Una característica que lo hace
muy especial es su estructura social, es de los pocos mamíferos que se organiza
por medio de una sociedad de castas (mamífero eusocial) similar a la que
presentan algunos insectos denominados sociales como las abejas, termitas o las hormigas. La rata topo desnuda forma una
colonia, donde la reina es la que tiene la capacidad de reproducirse, mientas
que el resto de los individuos son estériles excepto uno o un par de macho.
Parece ser que la orina de la reina es esparcida por el sistema de tunes
subterráneos donde viven y mantiene al resto de las hembras y la mayoría de los
machos de la colonia estériles hasta que ésta desaparece, momento en el que el
resto de las hembras luchan entre sí a muerta para decidir quién será su
sucesora.
Es muy importante este tipo
olor (todavía no identificada la sustancia que provoca dicho olor) que
adquieren todos los individuos de la colonia al revolcarse en las zonas comunes
de los túneles subterráneos, ya que permite diferenciar unas colonias de otras,
de tal forma que si un individuo penetra en la colonia equivocada es asesinado
por las rata topo soldado.
La reina, además, dispone de
vértebras especializadas que la hacen más larga que el resto de las hembras. La
parte inferior de la espina dorsal se alarga tras su primera o segunda gestión
hasta alcanzar un tercio más que la de las demás. La camada de una reina consta
de entre 3 y 12 crías, aunque es capaz de albergar hasta 27 fetos.
En una colonia normal, entre
uno y tres machos se aparean con la hembra mientras que el resto de los
individuos que oscilan entre 20 á 300, adquieren la función de trabajadores que cavan túneles y buscan
comida, de sirvientes que atienden a la reina y a su progenie y de soldados que
defienden los túneles de las agresiones de diversos animales: serpientes,
zorros, águilas o búhos.
Cuando excavan nuevos túneles,
las obreras forman una fila de trabajo muy eficiente, la que va delante excava
utilizando sus incisivos, mientras que las otras van pasando la tierra hacia
atrás, donde la última se encarga de sacarla a la superficie. La primera además
se coloca un palo en la boca para evitar que entre tierra que pueda asfixiarla.
Las galerías y túneles que
excavan pueden tener una profundidad de 2 metros y una extensión
de unas 20 hectáreas
en superficie después de varios años de trabajo.
Poseen unos largos incisivos
que se separan y mueven de forma independiente. Cuando un depredador ataca a la
colonia, se unen todos los obreros formando una pared infranqueable para el
enemigo, con sus incisivos.
Se han llevado a cabo diversos
estudios genéticos en las colonias de ratopines y se ha encontrado algo
sorprendente. Toda la colonia tiene mucha similitud genética, lo que indica una
clara endogamia dentro de la colonia. De hecho, se ha podido demostrar que la
mayoría de las crías son desciende de la relación entre hermanos o entre hijos
y padres. De forma general la endogamia en mamíferos es bastante peligrosa para
la especie ya que suele generar individuos con enfermedades u otras anomalías.
¿Cómo podemos explicar esta endogamia? Los ratopines presentan multitud de
depredares que los cazarían fácilmente fuera de sus túneles y además, el suelo
africano donde construyen sus hogares son bastante duros y difíciles de
excavar. Ambas características favorecerían que los ratopines no saliesen de
sus galerías y por tanto, no les que más remedio que reproducirse entre sí,
generando endogamia. Al principio esto tuvo que suponer grandes problemas en la
especie, pero con el paso de miles de años de selección y evolución, llegaron a
lograr que la endogamia no supusiera un lastre para la especie. Y para los investigadores supone un
interesante misterio genético por resolver.
Después de haberse realizados
estudios con más de 1500 ratopines durante
25 años se observó que sólo uno
desarrolló cáncer. Algo muy sorprendente ya que el 95 % de los ratones de
laboratorio desarrollan cáncer y en libertad el 75 %, ya que los roedores son
especialmente vulnerables a esta enfermedad. Pero la rata topo desnuda, que
vive 10 veces más que los ratones convencional, además, no tiene cáncer. Estas
características hacen de él, un animal extraordinario, sobre todo para realizar
investigaciones sobre el cáncer y el envejecimiento.
Recientemente, se ha
descubierto el secreto de su inmunidad al cáncer. Se trata de una molécula que
tenemos todos los mamíferos, pero en el caso del ratopín es muy especial. Se
trata del ácido hialurónico, una molécula conocida por los humanos, ya que se
usa para borrar los efectos del paso del tiempo con inyecciones que corrigen
las arrugas y para tratar la artritis.
El ácido hialurónico es un polisacárido
del tipo glucosaminoglucano, de textura viscosa presente en el humor vítreo, la
sinovia, las articulacines y en la piel. En un hombre medio de 70 kilogramos de peso
puede haber una cantidad total de 15 gramos de ácido hialurónico en su cuerpo.
Es, además, producido por la mayoría de las células del cuerpo humano y ayuda,
entre otras cosas, a controlar el crecimiento de los órganos hasta su tamaño
adecuado.
Se sabía que esta sustancia era
la responsable de darle al ratopín la increíble elasticidad de su piel para
poder reptar por los túneles y que se encontraba en mayor concentración que en
la piel que en otros mamíferos, además de presentar una estructura más compleja
que la de los humanos.
Ahora, se ha demostrado que
esta misma molécula también es la responsable de bloquear el desarrollo de los
tumores. Ya que si se elimina el ácido hialurónico del ratopín (se han
inactivado genes que regulan la concentración de ácido hialurónico), sus
células comienzan a dividirse sin control generando tumores.
Para comprobar y demostrar su
efecto, se están creando ratones transgénicos que producirán el ácido
hialurónico del ratopín. Esto va ser posible gracias a la secuenciación de todo
su genoma en el 2011. Si estos ensayos funcionan correctamente, el siguiente
paso es probar con humanos e intentar que las células humanas produzcan más
ácido hialurónico y ver los resultados.
Además, de su sorprendente
longevidad y ausencia de cáncer, este animal es también insensible al dolor ya
que en su piel y fibras cutáneas C cutáneas poseen una deficiencia del
neuropéptido, conocido como sustancia P, haciendo que estos animales sean insensibles
a determinados tipos de dolor.
Pero aún hay más, carecen de
una capa aislante de grasa por lo que no pueden mantener el calor corporal, y
por este motivo duermen en una de las cámaras de la madriguera, apiladas unas
sobre otras para evitar el frío de la noche. Y para rematar todas sus proezas,
estos animales nunca beben agua.
José Luis Olmo Rísquez
José Luis Olmo Rísquez
1 comentario:
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