Las investigaciones más recientes
realizadas a partir de los fósiles recuperados en Ariño han permitido describir dos nuevas especies de cocodrilos del Albiense Inferior (Formación
Escucha, Cretácico Inferior) de la mina de lignito Santa María (Grupo SAMCA).
En Ariño se han localizado hasta el momento más de 60 concentraciones con
restos esqueléticos de cocodrilos, que corresponderían a otros tantos
individuos. Los más de 1.500 huesos de cocodrilos recuperados muestran diversos
grados de conservación de los esqueletos en las concentraciones y, entre ellos,
destaca la presencia de varios cráneos extraordinariamente conservados cuyo
estudio ha determinado que pertenecen a dos nuevas especies. El artículo
científico ha sido ya aceptado para su publicación en un próximo número de la
revista Spanish Journal of
Palaeontology (Sociedad
Española de Paleontología) y recibirán nombres dedicados a la Formación Escucha
(unidad litoestratigráfica de procedencia) y al hábito de merodeador
acuático/costero en el que vivieron.
Con motivo del
Día Internacional de los Museos, y a la espera de que la aparición del número
de la revista permita dar a conocer todos lo detalles, uno de los cráneos se
expondrá en la vitrina “Museo
Aragonés de Paleontología”, creada al inicio de esta temporada con el fin
de mostrar a los visitantes de Dinópolis las últimas novedades paleontológicas
de Aragón. Hasta ahora, ocupaba el espacio estelar de esta vitrina otro fósil
de Ariño: el cráneo del dinosaurio Proa
valdearinnoensis.
Ariño: un
yacimiento excepcional
Este yacimiento se sitúa en el piso Albiense
del Cretácico Inferior, que abarca el intervalo comprendido entre hace113
y 100 millones de años. Dicha
edad geológica lo convierte en extraordinariamente relevante ya que los
dinosaurios encontrados en sedimentos del Albiense son muy escasos en toda
Europa.
Los datos preliminares ponen de manifiesto la presencia de diversos tipos de
dinosaurios: ornitópodos,
tireóforos y terópodos. También
se ha recuperado material de tortugas
y cocodrilos, peces -tanto óseos como cartilaginosos- y
diversos tipos de plantas e invertebrados obtenidos en muestreos específicos
(ámbar, polen, oogonios de carófitas, ostrácodos, bivalvos, gasterópodos,
etc.). Además, los coprolitos son muy numerosos en ciertas áreas del yacimiento
y contienen en su interior residuos que son una evidencia directa de la dieta
de los organismos que los produjeron, así como polen, esporas y
microorganismos (bacterias).
Las características del nuevo yacimiento se publicaron en la revista Geoheritage por un equipo de paleontólogos y
geólogos de la
Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, la
compañía minera SAMCA y el Servicio Geológico de Utah (EEUU):
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