jueves, 30 de abril de 2015

¿Cuánto dinero nos cuesta maltratar el planeta?


Poca discusión puede haber ante la afirmación de que en nuestro mundo el dinero o el beneficio económico es la medida de todo. Si aumenta el PIB nos sentimos satisfechos y hablamos de crecimiento pese a que de manera pareja aumente la desigualdad o el desempelo; mayores ingresos  nos pueden hacer cambiar de trabajo o de responsabilidades pese a que con ello dispongamos de menos tiempo libre o el cambio afecte a nuestra salud; asociamos tener más cosas con vivir mejor e incluso ser felices…
No debe extrañar tanto que exista de manera habitual desinterés por lo relacionado con el medio ambiente o que éste se ponga casi siempre al final de una larga lista de prioridades puesto que, erróneamente, pensamos que el medio ambiente, la protección de la naturaleza y el planeta no nos da dinero: tener más o menos bosques no repercute en el PIB, la prima de riesgo de un país no sube por tener el aire más contaminado que otro…

Muy al contrario, maltratar el planeta, su medio natural, -o no protegerlo debidamente- daña nuestra salud, cuesta vidas, liquida los recursos de los que dependemos, compromete nuestro futuro… y nos cuesta dinero, muchos, muchos millones de euros, de dólares, de libras esterlinas…
Vamos a dar un somero repaso por tres de las mayores agresiones que producimos a nuestro planeta: contaminación, pérdida de biodiversidad y ecosistemas y cambio climático y lo haremos de la manera en que se hacen estas cosas: con cifras y porcentajes y para que el aluvión de cifras no nos haga perder la perspectiva, vamos a buscar una equivalencias prácticas.

Contaminación
En nuestro planeta podemos contaminar

sábado, 25 de abril de 2015

Diversidad microscópica en un instituto de Educación de Secundaria




En un Instituto de Educación Secundaria son muchos y diversos los ecosistemas que podemos encontrar. El objetivo principal de nuestro proyecto es investigar, identificar y reconocer la biodiversidad críptica, es decir oculta no visible, en el IES Azuer. Para ello, se han tomado muestras de diferentes ecosistemas como son el suelo de los arriates o los musgos. Las muestras se llevaron al laboratorio donde se les añadió agua con el fin de activar los microorganismos. Posteriormente, se  filmaron en vivo con una cámara acoplada al microscopio y a un ordenador portátil. Las especies que no pudieron ser grabadas, fueron dibujadas. Se han identificado un total de 52 especies  y se han grabado más de 200 vídeos lo que nos ha permitido caracterizar las comunidades presentes en cada ecosistema. Este proyecto ha sido elaborado por varios alumnos de primero de la ESO, que voluntariamente y en los recreos han dedicado su tiempo a la investigación del maravillo mundo microscópico, bajo la dirección de su profesor de ciencias naturales.


INTRODUCCIÓN

La  biodiversidad críptica, también llamada “escondida” u “oculta”, es la biodiversidad invisible, formada por todos aquellos organismos que debido a su pequeño tamaño (menores de 2 mm) son invisibles al ojo humano.  Además, dentro de la biodiversidad críptica se incluyen las especies microscópicas inactivas o enquistadas. Este tipo de diversidad críptica se conoce como “banco de semillas”, ya que estos microorganismos enquistados o presentes en bajo número se encuentran “en espera” de las condiciones adecuadas para su crecimiento (Esteban, G. et al. 2011).

  


Alumno observando las preparaciones con el microscopio


Los microorganismos constituyen la base de la mayoría de las cadenas tróficas y juegan un papel fundamental en el funcionamiento de todos los ecosistemas. A su vez, los “bancos de semillas” son los responsables de la rápida respuesta ante los cambios que ocurren en el ambiente.
Los principales grupos de  microorganismos que conforman la biodiversidad críptica son: las bacterias, los protoctistas (ciliados, flagelados, rizópodos, algas y diatomeas), los nematodos, los rotíferos y los tardígrados u osos de agua.
En un Instituto de Educación Secundaria son muy diversos los ecosistemas que podemos encontrar: el suelo de los jardines, arriates o macetas, los charcos temporales que se forman después de haber llovido, los musgos que creen en las zonas de umbría de vallas y paredes, las fuentes del patio o incluso el polvo o restos de suciedad presentes a lo largo del día en los pasillos y aulas del Centro. Todos estos ecosistemas presentan una rica biodiversidad de microorganismos oculta a nuestra vista.
El objetivo principal de este trabajo es descubrir, identificar e investigar la biodiversidad críptica presente en los diversos ecosistemas presentes en un Centro de Educación Secundaria como es el IES “Azuer” de Manzanares (Ciudad Real).
Este trabajo es totalmente original, ya que nunca antes se ha investigado directamente la biodiversidad críptica presente en un Centro de Secundaria.

lunes, 20 de abril de 2015

Pueblos indígenas para el mundo del mañana

Al principio del 2014 nos hacíamos eco en esta revista de la publicación de El mundo hasta ayer, del prestigioso antropólogo Jared Diamond. La polémica acompañó a este libro por las duras críticas de la organización Survival International ante las ideas expuestas en él de que algunas sociedades “tradicionales” se comportaban de la misma manera que miles de años atrás y que la intervención de los Estados “modernos” había servido para pacificarlas.
Llega ahora a nuestras manos Pueblos indígenas para el mundo de mañana, obra del también antropólogo Stephen Corry, presidente de la organización de defensa de los pueblos indígenas Survival International y autor de las duras críticas antes citadas. Este libro representa una rápido y ameno, y no por ello menos profundo y completo, repaso a lo que han sido y son los pueblos indígenas y está hecho mirando desde vertientes diferentes a las que acostumbramos a utilizar en relación a estos temas, por lo que no es posible concluir su lectura sin replantearse muchas de las creencias que nos han llegado desde la historia, la cultura o hasta el cine sobre los pueblos indígenas.

Para empezar, ¿qué son los pueblos indígenas y tribales?

martes, 14 de abril de 2015

¿Cuánto cuestan las catástrofes medioambientales?

Hay catástrofes medioambientales cotidianas, de números pequeños que sumándose en silencio alcanzan grandes proporciones pese a que suelen pasar desapercibidas. Hay otras, impactantes, que ocurren en poco tiempo, que acumulan números en cuestión de horas o días y saltan al gran público y, aunque finalmente caen en el olvido, resultan impresionantes.

Unas y otras suponen, además de otras, grandes pérdidas económicas y daños irreparables.

Chernobyl La hasta hace unos pocos años última catástrofe nuclear de la que se tiene noticia ofrece números apabullantes tanto en sus repercusiones sociales, medioambientales como económicas.
En 1998 Bielorrusia, tan afectado o más que la propia Ucrania, dedicaba un 9% de su presupuesto nacional a combatir este desastre (18), el mismo porcentaje que nuestro país gastará el año que viene en prestaciones por desempleo e infraestructuras. El nuevo sarcófago proyectado ante el temprano deterioro del inicial –sólo 12 años después ya presentaba graves riesgos (18)- se presupuestó en 2012 en 1.500 millones de euros (19), cifra levemente inferior a lo que España gastará en cooperación internacional (20)
En 2011, el gobierno ucraniano estimaba en 180.000 millones de dólares las pérdidas sufridas por su país a causa de la catástrofe (21), antes, en 2007, era el presidente bielorruso quien comparaba las pérdidas sufridas por su país tras la catástrofe con las ocasionadas por la Segunda Guerra Mundial (22)

Bophal Hace 30 años de la fuga tóxica en la fábrica de pesticidas que la Union Carbide y el gobierno indio tenían en la ciudad de Bophal. Produjo entre 4.000 y 25.000 muertes, dejó secuelas en decenas de miles de personas –cegueras, parálisis, alteraciones hormonales…-, la tierra sigue contaminada y la salud de quienes la habitan seguirá comprometida por mucho tiempo (23)
La catástrofe afectó a las zonas más pobres de la ciudad y, además de lo reseñado, una tercera parte de los hombres y una cuarta parte de las mujeres que trabajaban en la zona perdieron sus trabajos, el 65% vio reducidos sus ingresos incluso hasta el 100% y muchas otras apenas podían trabajar (24). 

Aználcollar Los 5.000 metros cúbicos de lodos tóxicos que contaminaron el entorno del Parque Nacional de Doñana tras la rotura de la balsa que los contenía, en 1998, supusieron un coste para la Junta de Andalucía de 90 millones de euros, que la propietaria de la balsa, la sueca Boliden, se negó a pagar al no considerarse responsable de la rotura. Esta cantidad es igual que la se empleó en la gestión del Hospital de Vallecas en 2014 (25).

Prestige El vertido de 77.000 toneladas de petróleo frente a las costas gallegas en 2002 por el petrolero Prestige causó unos daños valorados en 4.000 millones de euros (26), una cantidad equivalente a los recortes de gasto público llevados a cabo en Cataluña en los años 2011 y 2012 (27) En esa cuenta no se incluye el coste del tratamiento y  mantenimiento de los residuos recuperados del mar que, lógicamente, no ha desaparecido. 

Vertido de BP en el Golfo de México La explosión y posterior hundimiento de la plataforma petrolífera de BP Deepwater Horizon en 2010 en el Golfo de México habría supuesto, según la propia compañía, unos gastos de 14.000 millones de dólares en limpieza, 12.500 millones en reclamaciones y cerca de otros 2.000 millones en diversos conceptos (28)





Julian Green

¿Cuánto dinero nos cuesta maltratar el planeta? ¿Cuánto vale un bosque... y cuánto cuesta apagar un incendio?

sábado, 11 de abril de 2015

De cómo convivir con los ríos y gestionar las inundaciones

La reciente crecida del Ebro y sus consecuencias ha vuelto a poner sobre la mesa el resultado del uso y abuso que hacemos de los ríos y que parece importarnos únicamente cuando éstos provocan desastres evidentes.
Para llegar a la raíz de este problema recurrente y, por lo tanto, poder encontrar soluciones, resulta imprescindible la Guía Metolodógica sobre buenas prácticas en gestión de inundaciones del profesor de Geografía Física, Alfredo Ollero.
Vamos a tratar de resumir este texto claro y ameno para poder conocer muchos aspectos sobre el problema que a menudo se olvidan así como las más efectivas alternativas que pueden solucionarlo.


Vemos los ríos como simples canales que transportan el agua que nos resulta imprescindible para vivir y desarrollarnos, por lo que podemos conectarlos para trasvasar agua de un lugar a otro de la geografía sin más condición que las necesidades de cada territorio; ignoramos la vida que arrastran y mantienen en su cauce, en las vegas que atraviesan, en sus desembocaduras; los utilizamos a conveniencia: los desviamos, soterramos, construimos en sus riberas, ignoramos su ser, el verdadero espacio que ocupan y acabamos sufriendo las consecuencias de manera desastrosa. Más aún, seguimos ignorando su naturaleza a la hora de buscar soluciones, que se adaptan a nuestros medios e intereses, desperdiciando muchas veces recursos y esfuerzo para no arreglar nada.

Por ello, aunque pueda sorprender, habría que empezar por preguntarse, ¿qué es un río?
Un río es un sistema natural que trabaja de forma eficiente en transportar agua, sedimentos, nutrientes y seres vivos desde el continente hasta el mar

miércoles, 8 de abril de 2015

¿Cuánto vale un bosque... y cuánto cuesta apagar un incendio?

¿Cuánto vale un bosque?
Tras esta pregunta lo primero que habría que diferenciar es entre el valor de un bosque y el dinero que se podría obtener directamente con su explotación o venta, conceptos bien diferentes.
El valor de un bosque está en los bienes y servicios que aporta, muchos de ellos intangibles: entre los bienes, muchos ya se han citado –medicamentos, combustible, alimento…-; entre los servicios, también –suavizar el clima, atraer las nubes, acumular agua, proteger frente a la erosión, absorver CO2, purificar el aire…
Pero, ¿cuánto dinero pueden suponer eso bienes y servicios? Disponemos de recientes cálculos a cuenta de la poco afortunada idea de un ex ministro de vender montes públicos para solucionar los déficits municipales de muchos ayuntamientos.
Jaime Lamo de Espinosa estimaba en el 2010 que la venta de un tercio de los más de 6,5 millones de hectáreas de montes declarados de utilidad pública supondrían unos ingresos de entre 7.000 y 21.000 millones de euros (29) Como respuesta, desde el Ministerio de Medio Ambiente y actualizando un informe del 2001, le daban un valor de 40.000 millones debido, entre cosas, a que eran éstos los montes mejor conservados de España (29)
Viene bien para hacerse una idea del valor de un bosque, una de sus principales virtudes: la captación de CO2. Visto sólo desde el lado económico y dada la existencia de un mercado mundial para la compra-venta de derechos de emisión –que en 2012 movió unos 70.000 millones de dólares (30)-, el derecho a emitir una tonelada de CO2 está perfectamente cuantificado, aunque sometido a los “devaneos” de las leyes del mercado; concretamente, el 31 de diciembre pasado cerró a 7,21€ (31)

¿Cuánto vale, sólo en este concepto, un bosque que alberga millones de toneladas de CO2?

¿Y cuánto cuesta apagar un incendio?
El coste de apagar un incendio varía mucho dependiendo de donde se produce el incendio y de los medios que se utilizan.
Así, la Junta de Extremadua solicitó en 2013 167.000€ por los gastos de apagar el incendio de 2.000 hectáreas en la sierra Cañaveral, en 2006. En la extinción participaron 255 personas, 20 vehículos ligeros, 22 camiones, 2 bulldozers, 11 helicópteros y 2 hidroaviones (32); con esa cantidad se pueden mantener 170 camas hospitalarias en la Comunidad de Madrid (33)  
Los incendios ocurridos en Galicia en 2013 de Boiro y Cualedro, habrían costado, respectivamente, 55.300 y 30.000€ durante cada hora que se empleó en sofocarlos (35)
Utilizar un avión Air Tractor para apagar incendios supone un gasto de más de 3.000 euros a la hora, un helicóptero Sokol, casi 3.000€ (35), mientras que utilizar un helicóptero Kamov cuesta 3.300 euros por hora (34)


Julian Green

¿Cuánto dinero nos cuesta maltratar el planeta? ¿Cuánto cuestan las catástrofes medioambientales?