En esta sección de Breves hemos dedicado nuestro mayor espacio al gravísimo problema
de la deforestación. Ésta se agrava aún más viendo la investigación en la que
participa la Universidad
de Alcalá y que tras estudiar más de 670.000 árboles de 403 especies diferentes
llega a la conclusión de que los árboles viejos y grandes, contra lo que podría
pensarse, crecen más, por lo que son capaces de almacenar más cantidad de CO2,
si bien también existe el riesgo de que, por su edad, mueran y acaben
desprendiendo al descomponerse el CO2 acumulado.
En cualquier caso el estudio apuesta por la
producción y conservación, perfectamente compatibles, apunta el profesor Miguel
Ángel de Zavala.
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